Transcripción literal de la nota de prensa remitida por el Partido Socialista:
Tomás Vega Moralejo, candidato a la alcaldía de Folgoso de la Ribera por el PSOE, indica una de las primeras medidas a tomar nada más comenzar la próxima legislatura: Retirada de carteles y delimitación tanto en las formas como en el espacio de la colocación de los mismos. Para ello ya ha registrado una moción para su debate en el próximo pleno, el primero tras la renovación del Gobierno de Folgoso de la Ribera, al objeto de evitar excesos como el protagonizado por el PP en esta campaña, encolando y empapelando casi cada rincón del municipio dando la impresión de no querer dejar sitio a las demás opciones políticas.
En esta moción, el candidato socialista apuesta porque se obligue a cada partido político a retirar sus carteles tras las elecciones, pues especialmente en el caso de los pegados con cola pueden durar incluso meses deteriorándose poco a poco y afeando allá donde estén puestos.
Vega Moralejo indica que “aquí no tenemos servicio de limpieza de carteles, así que debiera hacerlo cada partido político tras las elecciones. Nosotros no vamos a poner ni un solo cartel con cola ya que hemos visto de otros años que es algo absolutamente antiestético ya que son muy difíciles de quitar y dejar limpios los lugares en que estaban puestos. Creo además que se debería prohibir en adelante que se pongan carteles con cola en nuestro municipio. Oficialmente solo se pueden poner en farolas y no sobre ellas. La norma es algo restrictiva, pero de ahí a empapelar un municipio con carteles encolados va un trecho….”.
En su moción, Moralejo también apunta la solución. “En algunas localidades de otros Ayuntamientos colocan paneles en determinados lugares y no se puede poner propaganda electoral sino en ellos, asignando un espacio para cada partido; y es suficiente, pues no por poner más papeles se van a tener más votos, simplemente se ensucia más”, precisa el candidato socialista, para quien además, este desenfreno en la colocación de carteles resulta un poco “indecoroso” por el derroche de dinero que supone, y más en unos tiempos de especial dificultad económica para muchas familias.
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