Vangelis

Vangelis en 1992
Vangelis en 1992

Estudiamos en clase de “Lengua” los elementos de la comunicación: Situación, emisor, mensaje, canal, receptor y código. No lo estudiamos de este modo en clase de “Música”, pero la música realmente es un lenguaje y podemos aplicarle estos conceptos. Y no hace falta que la música sea cantada.
El sonido de las olas nos evoca al mar y, del mismo modo, la música nos puede transmitir intensas sensaciones e incluso imágenes… aunque la interacción no sea tan fluida, pero tal vez sí más profunda, como con palabras.

Hay bastante gente que no tiene interés en la “música sola”, precisamente porque no le dice nada. Es posible que sea porque no se ha puesto a escuchar la música atentamente, desde su interior. O es posible simplemente que no haya dado con “su música”. Cada uno tenemos una música con la que nos entendemos mejor.
Yo quiero hablaros sobre un músico y una música con los que conecto muy bien: Vangelis.

-¿Vangelis? ¿Y quién es Vangelis?-  os preguntaréis unos cuantos. O no, porque si estás leyendo ésto probablemente sea porque ya conoces su música y te interesa. Pero, también si eres un “curioso” sin interés particular en Vangelis o incluso en la música instrumental, te pido que sigas leyendo y le des una oportunidad.

Si hablamos de la música de “Carros de fuego”, por ejemplo, la cosa cambia. Todo el mundo la conoce. Y no porque sea la música de una película; de hecho, la fama del tema “Titles” del álbum “Chariots of fire” trasciende a la película… pero no hay que olvidarse tampoco de la gran calidad del resto del disco, como el maravilloso “Five Circles”. El propio productor del filme declaró que “no hubiéramos obtenido el premio (el oscar a mejor película) de la Academia sin Vangelis” y, efectivamente, muchos compartimos que la música de Vangelis es “media película”.
La película consiguió otros tres oscar de los siete a los que estaba nominada, entre ellos el de banda sonora. Pero Vangelis, siempre huidizo de la fama, no acudió a recoger el premio (el co-presentador de la ceremonia William Hurt hizo las funciones). Y la Academia de Hollywood, muy suya, tomó buena nota de ese desplante y nunca más le nominaría. Ni siquiera con “BladeRunner” o “1492. La conquista del paraíso”, otras dos bandas sonoras que marcaron época.

Sobre esta última, además, hay algo curioso que viene a colación. Que Vangelis no sea aún más famoso y/o guste a más gente probablemente depende más de su carácter introvertido que de la calidad de su música. Todos hemos comprobado cómo con una adecuada mercadotecnia la industria es capaz de vendernos incluso basura… y, por el contrario, sin “marketing” hay buenas cosas que no se venden tanto como podrían o debieran. Un ejemplo de lo que consigue el uso mediático de la música en la gente, lo tenemos con esa música del propio Vangelis: Tres años después de la aparición de «1492. Conquest of paradise», el tema «Conquest of paradise» fue usado como tema de puesta en escena por un boxeador alemán… y de pronto el álbum se puso de moda y se situó Número 1 en Ventas en numerosos países -¿¿Era menos bueno antes de ser usado así??-.

Y es que ha quedado claro que a Vangelis le importa poco la fama, sabedor de que ésta es inversamente proporcional a la intimidad. Sus conciertos se cuentan por unidades y no por decenas como cabría esperar de un artista de su talla. Se puede decir que Vangelis no mueve un dedo en pos de su propaganda pública, y son pocas también las entrevistas que ha concedido. Su música se vale por sí misma.
Realmente Vangelis no necesita publicidad ni premios para su ego, pero unos cuantos tiene y algunos son muy importantes, como la el «Caballero de la Legión de Honor», la más alta condecoración de Francia, la «Medalla al Servicio Público» de la NASA o el “Doctor Honorario” por la Universidad Nacional de Atenas. También se ha puesto su nombre a un asteroide.

Hasta tal punto llega su “timidez”, que a estas alturas de la globalización ni siquiera tiene página web oficial. Durante muchos años era casi imposible saber de él… y aún hoy resulta difícil conseguir información del mismo hasta para los tejedores de la red de páginas web “Vangelis Web Ring”, una especie de sello de calidad de páginas web dedicadas al músico en la que hasta el año pasado solamente había una web en español y ninguna de España.
logo VangeliSpanish.esLlegados a este punto, permitidme nombrar la web VangeliSpanish.es, la primera página web española admitida por el “Vangelis Web Ring” y la mayor en español, que empezó a funcionar el 20 de febrero de 2010. Ahí pueden aplacar su sed de información sobre Vangelis sus “fans”, pero para los demás podría quedar satisfecha con este artículo.

Vangelis se llama realmente Evanghelos Odyssey Papathanassiou; y su nombre artístico no se pronuncia “Ványelis”, como muchos tendemos a decir, sino “Vanguélis”. Tengamos en cuenta que no es nombre inglés, como también se tiende a pensar, sino del país donde nació la ciencia: Grecia.
Vangelis nació el 29 de marzo de 1943 en Aria, en la región de Volos al Este del país.
Su padre, pintor, y su madre, cantante, quisieron inculcarle formación musical académica… pero fracasaron. No obstante, Evanghelos destacaría desde muy temprano como autodidacta y a los 6 años tocaría por primera vez en un teatro local.
En los años sesenta formaría con algunos amigos el grupo “Forminx”, en el que tocaba un órgano Hammond B3. El grupo llegaría a ser célebre en su país pero en 1966 ya se habría desmembrado, para en 1967 conformar el “Papathanassiou Set” con, entre otros, un primo suyo que ha pasado a la historia musical como Demis Roussos y que debe a Vangelis las composiciones de algunas de sus más famosas interpretaciones.
Por cierto, que Vangelis ha colaborado y/o compuesto música para muchos otros artistas, como Montserrat Caballé, Claudio Baglioni, Ricardo Cocciante y un largo etcétera… pero no me detendré en eso en este texto. Sigamos con el “viaje”:
Corrían tiempos revueltos en Grecia y el grupo decidió emigrar a Londres, pero en una escala en el aeropuerto francés de Orly no les permitieron continuar. Lo que no paró fue su música y poco después se rebautizarían como “Aphrodite´s Child”. Consiguieron ser un grupo de cierta relevancia entonces, con éxitos como “Rain and Tears”, pero en 1972 Vangelis decidió iniciar definitivamente su carrera en solitario para la que ya había hecho algunos trabajos por ejemplo grabando música para una serie de documentales de naturaleza de Frederic Rossif, recogidos en el álbum L´Apocalypse des Animaux grabado en 1970 pero no publicado hasta 1973.
Llegamos así a la etapa del Vangelis genuino, que seguiremos repasando a la par que su música más destacada.

Vangelis es compositor, arreglista, productor e intérprete de su propia música. Sus creaciones no se detienen en lo personal, en lo compartido con otros artistas o en las bandas sonoras, sino que también ha creado música específica para teatro, ópera, documentales, televisión, anuncios, radio….
La capacidad de Vangelis para la música es asombrosa.
Su técnica de composición es principalmente la espontaneidad; no escribe música, simplemente graba… y en ocasiones ni arregla lo que graba, pues ya suele ser lo bastante bueno sin más. Se sienta a crear música rodeado de aparatos, porque no se conforma con unos pocos sonidos e incluso muchos los fabrica él mismo.
Hay quien considera la música sintética inferior a la orquestal, pero ¿Por qué limitarse solamente a esos sonidos clásicos?
Quizás el máximo exponente de improvisación musical de Vangelis sea el álbum “Direct” (1987). El ingeniero de sonido Scott Bill Marshall ideó un mecanismo especialmente para que Vangelis pudiera tocar espontáneamente, sin demasiados procesos entorpecedores en el uso de los instrumentos electrónicos. El resultado es ese álbum grabado directamente al tiempo que se componía, sin arreglos. La mente de Vangelis como instrumento musical.
A menudo pienso en la excelencia que pudo obtenerse de esa base musical si hubiera sido convenientemente arreglada… porque ya así no deja indiferente y es de esos discos que se dejan escuchar una y otra vez. Claro que ahora que lo conocemos así, mejor dejarlo porque de reeditarse con arreglos nos sonaría raro… pero esta música da la impresión de contener muchos artificios. Se libra, en ese sentido, «El oráculo de Apolo»; pero en contraposición, como reflejo de lo que quiero indicar, «Ave» es muy bonita y animada pero de hecho le sobran algunos artificios sonoros a la melodía.

Volvamos ya atrás para repasar cronológicamente lo más destacado de la carrera en solitario de este “dios griego”:

“L´Apocalypse des Animaux” es considerado ampliamente como el primer álbum de música “New Age”. De este álbum apuesto a que os suena “La petite fille de la mer” (cuyo título, por cierto, se refiere a una ballena), una música muy usada para transmitir relajación.
La colaboración con Frederic Rossif continuaría durante una década y conviene destacar ya “Opera Sauvage”, espléndido álbum que contiene el célebre “L´Enfant” y el sobrecogedor “Hymne”. En este álbum es muy notable, por cierto, el teclado Yamaha CS-80, uno de los preferidos de todos los tiempos por Vangelis.

En 1974, la RCA ofrece a Vangelis un contrato para 4 álbumes que le permitiría trasladarse a Londres y montar, al fin, su propio estudio de sonido: “Nemo Studios”, del que saldría “Heaven and Hell” en 1975 y del cual muchos recordaréis el tema principal de la interesante serie documental “Cosmos” de Carl Sagan. También es destacable el tema “So long ago, so clear”, al que pone voz un Jon Anderson con el que Vangelis acabaría sacando 4 álbumes.

A finales de 1976 ya tenía preparado “Albedo 0.39”. El albedo es el poder de reflexión de un cuerpo luminoso, siendo 0.39 el valor de reflexión de nuestro planeta. El álbum brilla con luz propia en la historia de la música electrónica. Todos hemos escuchado el tema “Pulstar”, usado por ejemplo hace años como sintonía del Telediario en nuestro país.

En 1977 produce “Spiral”, álbum del que destaca el potente tema de mismo título que el álbum y el entrañable “To the Unknown Man”.

En 1978 publica su último disco con la RCA: “Beaubourg”, nombre con el que se conoce al museo de Arte Moderno de París. El disco contiene música experimental no apta para la mayoría de oídos. Incluso, se comenta que Vangelis acabó mal con la discográfica y por eso les propinó este disco de despedida.
Sin embargo, hay otro disco posterior de Vangelis de similares características: “Invisible Connections”, esta vez grabado nada menos que con el prestigioso sello Deutsche Grammophon. Efectivamente son “invisibles” en este álbum las conexiones entre los sonidos de manera que, en mi opinión, ni siquiera se puede considerar auténtica música.
Lo cual parece desmentir la explicación del enfado para “Beaubourg”, y hace pensar más bien en que Vangelis quiso dejar muestra en estos dos álbumes de sus experimentaciones sonoras.
No deja de llamar la atención, sin embargo, que de hecho publicara estos álbumes cuando él mismo reconoce que produce música casi a diario y si editara todo daría para cientos de álbumes y que por lo tanto suele publicar solamente lo que considera más aceptable por el público.

Aunque Vangelis aún no había estado en China, supo captar magistralmente la esencia de este país en su álbum titulado justamente “China” (1979).

Damos un salto ahora hasta la creación de la música para la película “BladeRunner”, de Ridley Scott, considerada una obra maestra de la ciencia ficción… consideración que también se extiende a su banda sonora.
Estamos en 1982 y Vangelis, en una decisión un tanto caprichosa quizás, no quiso que se le etiquetara como compositor de música para películas tras su reciente oscar por “Carros de fuego”… y se negó a que se publicara un álbum oficial de “BladeRunner”, lo que dio lugar a numerosas ediciones piratas de la banda sonora hasta que, por fin, en 1994 saliera a la luz una genuina.
No obstante, Vangelis seguiría encadenando bandas sonoras; con “Missing” (“Desaparecido”), de Costa Gavras… del que nunca se ha publicado su banda sonora excepto por el precioso tema central en el recopilatorio “Themes” de 1989.
En 1983 compuso la música para la película japonesa “Antarctica”, de Koreyoshi Kurahara, cuya banda sonora se publicaría en 1988.
Themes es el mejor recopilatorio de VangelisY en 1984 compondría música para la película “Motín a bordo”, protagonizada por Mel Gibson y Anthony Hopkins. Tampoco de esta banda sonora se publicaría nunca un álbum; lo único que tenemos son dos piezas en el álbum “Themes” mencionado anteriormente, de la que merece la pena especialmente “Closing titles from The Bounty”.

El recopilatorio más recomendable de Vangelis

En 1990 Vangelis es comisionado por el Comité Olímpico Griego y compone la música que promocionaría a Atenas como sede de los Juegos Olímpicos de 1996, que finalmente se celebrarían en Atlanta (Estados Unidos) aunque sí se celebraría en Atenas el Campeonato Mundial de Atletismo 1997 y Vangelis daría uno de sus escasos conciertos en la ceremonia de inauguración. Los Juegos Olímpicos los conseguiría Atenas finalmente para 2004 y, como no podía ser de otro modo, se usó música de Vangelis en ellos.

Vangelis había escrito música para varios documentales de Jacques Cousteau y, una de sus piezas de música, “We cannot permit”, fue utilizada como música oficial de la “Cumbre de la Tierra” de Río de Janeiro en 1992, que marcaría un antes y un después en la conciencia ambiental de nuestro planeta… que aún tenemos que mejorar. Esa pieza musical nunca sería editada, pero, aunque repetitiva, es ciertamente bonita.

Probablemente el mejor álbum de VangelisEn 1992 graba la banda sonora para la película de Ridley Scott ”1492. La conquista del paraíso”, en su estudio “Épsilon” construido a base de cristal en un parque cercano a París.  La película, que conmemoraría el Quinto Centenario del descubrimiento de América, no dio la talla (lo cual implica que la música tampoco se puede lucir mucho en la película) pero ¡Atención! Estamos seguramente ante el mejor álbum en su conjunto de Vangelis… Aquí no hay ni un solo tema flojo. Afortunadamente la música está mucho más cuidada en el álbum que en la película y no se nota que sea una banda sonora.

En 1993 Vangelis ya estaría definitivamente asentado en su país natal.

Volvemos a “BladeRunner”, aunque ya lo mencionamos antes. Además del álbum de 1994, en 2007 (con motivo de la edición “El Montaje Final” de la película, la de mejor resultado y que os recomiendo) salió el álbum “BladeRunner Trilogy” con el mismo disco de 1994 y otros dos con música inédita. Sin embargo, salvo para las legiones de “fans” de “BladeRunner”, a las que les habrá llenado un vacío, es suficiente con el álbum primero; un buen álbum que, aunque incluye diálogos de la propia película en la música y en principio eso pueda no parecer una buena idea, consigue crear una magnífica atmósfera. Destacan «Love theme» y «End titles», aunque de este último es preferible la versión del álbum «Themes». También quiero destacar el tema «Tears in rain», con bonita música y una frase de esas que marcan y que para entender bien debéis escuchar en su contexto.

En octubre de 1995 aparecería el álbum “Voices”, del que no os debéis perder el tema “Come to me”.

En 1996 sale el subestimado comercialmente pero excelente álbum “Oceanic”.

En 1998 llega, tras una larga espera (el disco había salido en 1995 con una tirada exclusiva de 3.000 copias), “El Greco”, interesante álbum que no debemos confundir con el de la banda sonora de la película del mismo título (2007).

En 2001, en el «1er Pentathlon Pro Celebrities» de Mónaco, Vangelis colaboró en el diseño de las medallas y de un póster oficial. Supimos entonces que Vangelis pinta desde niño pero que era la primera vez que aceptaba ese tipo de trabajo profesionalmente.
El 5 de junio de 2003 se inauguró, con motivo de la «Bienal de Valencia», una exposición de 70 pinturas de Vangelis en “El Almudín”. En el edificio se escuchaba música ambiental especialmente compuesta para la ocasión. Era la primera vez que Vangelis mostraba su obra pictórica al público. Un libro especial se podía comprar por 50 euros, pero la entrada era libre. Su estilo es demasiado abstracto para mi gusto personal, pero me llamó la atención el rico y llamativo colorido. Las pinturas se mostrarían más tarde en Sudamérica.

El 27 de junio de 2001 Vangelis aparece en rueda de prensa junto a otros implicados en su última obra: “Mythodea”, con la discográfica Sony Classical. Probablemente Vangelis se siente muy orgulloso de este trabajo, pues su implicación de cara al público en relación al mismo no tiene precedentes ni se ha vuelto a dar.
El 28 de junio ofrece un espectacular concierto en el Templo de Zeus de Atenas, no sin que el evento recibiera antes numerosas quejas por parte de algunos sectores contrarios a celebraciones de este tipo en lugares arqueológicos. La “London Metropolitan Orchestra”, los 120 componentes de la Ópera Nacional de Grecia y las sopranos Jessye Norman y Kathleen Battle… y por supuesto Vangelis al teclado, destacaron en este concierto en el que la parte visual también estuvo muy cuidada, ofreciendo en gigantescas pantallas imágenes de la Grecia clásica y del espacio. “Mythodea” es una especie de banda sonora de la misión de la NASA para llegar a Marte “Mars Odyssey”.
Las entradas para el concierto valieron entre 45 y 150 euros y se comenta que el Ministerio de Cultura de Grecia pagó a Vangelis la cifra de tres millones de euros… que sin embargo esperaban sobrepasar en beneficios.
La música tiene base en un concierto benéfico (como ayuda para una Asociación de niños con cáncer) que Vangelis ofreció el 13 de julio de 1993 en el Teatro Irodio Attikou de Atenas.
El disco estaría disponible en tiendas a partir del 17 de septiembre de 2001 y más tarde saldría también un DVD del concierto. Considero el tema “Movement 6” mi música preferida, lo que conlleva una recomendación.
Ah… como ocurre con “1492. Conquest of paradise”, no busquéis traducción para lo que se canta en este álbum, pues no hay ningún lenguaje más que el inventado por Vangelis: La voz como instrumento musical, simple y genialmente.

El 1 de diciembre de 2001 es presentado el himno de la Copa Mundial de Fútbol de 2002 en Japón y Korea, compuesto por Vangelis. El “single” con dicha música sería superventas durante el primer semestre del año siguiente (2002).

En 2004 Vangelis crearía la música para la poco exitosa película de Oliver Stone «Alexander», sobre Alejandro Magno. El álbum correspondiente saldría a la venta en noviembre y poco después se estrenaría la película y el videojuego sobre la misma, también con música de Vangelis. El álbum incluye el tema «Roxanne´s veil», compuesto anteriormente por Vangelis para ser tocado al violín por Vanessa Mae.

El 8 de mayo de 2007 se aprueba en el parlamento de Grecia la creación de la «Fundación Evangelos Papathanassiou de Investigación , Música, Artes y Ciencia», que se estrenó en junio con una conferencia sobre la nave espacial “Juno” enviada por la NASA a Júpiter.

Y desde 2007, con la banda sonora de la insulsa película “El Greco” de Iannis Smaragdis, no tenemos nueva música de Vangelis… pero seguro que algo nos estará preparando.

Tomás Vega Moralejo

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