Sustancias psicotrópicas exógenas

A.- Sustancias depresoras del Sistema Nervioso Central
A propósito de drogas en su relación con los trastornos de la psique, y en este caso como depresores del SNC (Sistema Nervioso Central) están, entre otros, el alcohol; el opio y sus derivados: morfina, heroína, codeína, metadona… y los tranquilizantes Mayores o neurolépticos, los tranquilizantes Menores (Benzodiacepinas…), grandes narcóticos (cloroformo, éter, etc.).
 

1.-El alcohol (y en concreto el etanol o alcohol etílico), con el que la sociedad está tan familiarizada, aquí y allá, es una potente droga psicoactiva, cuyos efectos, sobre todo en alcohólicos crónicos, son demoledores (y esto no lo digo con afán moralista, claro está). Veamos a continuación algunos de éstos.
 
El alcohol crea, además de una dependencia psíquica, una gran dependencia física, manifestada a través del síndrome de abstinencia o mono, que se traduce en temblores, sudoración, taquicardia, ansiedad, irritabilidad, náuseas, vómito, falta de apetito, insomnio, incluso alucinaciones visuales o auditivas, como sabemos por el Delirium tremens, en el que se manifiesta una confusión de la conciencia y una desorientación espacio-temporal, acompañada por ilusiones y alucinaciones, sobre todo visuales, donde es frecuente la visión de animales pequeños, o la enfermedad de Wernicke (aunque no sea exclusiva del alcoholismo), cuya psicopatología obedece a un cuadro confusional con componentes amnésicos.
 
La patología de Wernicke es el precedente o primer estadio, en definitiva, de la enfermedad de Korsakov, que también se caracteriza por amnesia, en concreto de fijación (pues el enfermo no es capaz de fijar ningún recuerdo después del inicio de la psicopatología), confabulaciones, donde las lagunas de memoria se tienden a rellenar con invenciones, falsos reconocimientos (reconocer a gente que no se conoce).

 
Otras patologías derivadas del alcoholismo crónico son:

*La alucinosis alcohólica (caracterizada por alucinaciones de tipo audio-verbal, con voces que se refieren en tono acusatorio y amenazante al alcohólico); la celotipia alcohólica (cuando el alcohólico sospecha o duda acerca de la fidelidad de su cónyuge, un auténtico delirio, o sea), la esclerosis laminar de Morel (con un progresivo deterioro mental), la atrofia cerebelosa o encefalopatía hepática, aguda y crónica (acompañada esta última por trastornos emocionales, intelectuales y de la personalidad, que en ocasiones evolucionan progresivamente hacia la demencia).
 
En un principio, el alcohol desinhibe y excita (como si fuera un estimulante) produciendo sensaciones de relajación, incluso alegría, o como dice un personaje en Macbeth, de Shakespeare, «el alcohol provoca el deseo, pero dificulta la ejecución», porque luego resulta hipnótico y anestésico, y al final, cuando hay un consumo excesivo, puede llevarle a uno a la inconsciencia o la muerte por parada cardio-respiratoria.

Sus efectos, en dosis elevadas o muy elevadas, son catastróficos en el individuo, porque se incrementa presión arterial y debilita la capacidad para bombear sangre, produce ardor de estómago, incluso úlceras y hasta cáncer, inflamación del esófago y el páncreas, diabetes, cirrosis. Asimismo, disminuye los azúcares en la sangre, lo que produce una sensación de agotamiento, inhibe la razón y la vasopresina, que es una hormona encargada de mantener el balance de los líquidos en el cuerpo. Cuando deja de funcionar la vasopresina, el riñón empieza a eliminar más agua de la que ingiere y hace que el organismo busque agua en otros órganos, lo que procura dolor de cabeza. Daña las células del cerebro, de modo irreversible. Altera los neurotransmisores, retarda los reflejos, disminuye el autocontrol, afecta a la memoria y la capacidad de concentración, inhibe la absorción de algunas vitaminas y en concreto disminuye la vitamina B1, lo que puede llevar a los trastornos de Wernicke y de Korsakov.

Por otra parte, el alcohol aporta abundantes calorías con escaso valor nutritivo, que a la larga puede generar desnutrición. Disminuye la libido y por consiguiente la actividad sexual. Incluso puede causar infertilidad en las mujeres, porque altera y trastoca el ciclo menstrual así como las hormonas femeninas e impotencia en los hombres. Y en las mujeres embarazadas, que abusan del alcohol, éste puede producir malformaciones y retraso en el feto. También inhibe la producción de glóbulos blancos y rojos. La falta de glóbulos blancos provoca un fallo en el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de contraer infecciones de bacterias y virus. Y en el caso de los glóbulos rojos, cuando son insuficientes para transportar oxígeno, sobreviene la anemia…

*Absenta (ajenjo): Bebida o elixir anisado con un alto grado alcohólico, de hasta un 90º, hecho con hierbas y flores medicinales, donde destaca el ajenjo, que gustaba tomar la bohemia de finales del XIX y principios del XX, entre otros artistas, Van Gogh, Baudelaire o Verlaine.

*Vino tinto: beneficioso para prevenir infartos de miocardio.
 

2.-El Opio
 
El opio (del griego ópion, que viene a significar jugo, o látex de la adormidera) es un narcótico y analgésico, extraído de las cabezas verdes de la adormidera (con gran parecido a una amapola común).
La adormidera, conocida así por sus virtudes dormitivas o narcotizantes, es una planta que florece a finales de mayo (cuando se procede a la recolección de opio), y puede llegar a crecer un metro y medio, cuyas flores se muestran de color blanco, violeta o fucsia.

El origen de su cultivo apunta a la cuenca mediterránea: España, Argelia y Chipre. Aunque se puso de moda entre el proletariado inglés de la Revolución Industrial porque el vino y otros licores les resultaban más costosos. Y según uno de sus adictos, el escritor De Quincey, mientras el vino desordena las facultades mentales, el opio introduce orden y armonía. De ahí que no sólo los obreros, sino las casas reales europeas, y un gran número de artistas y escritores, entre ellos Goethe, Keats, Coleridge, Goya, Tolstoi, Novalis o Delacroix, fueran adictos a este fármaco.

El opio contiene varios alcaloides, entre otros, la Morfina, Heroína, Metadona, Codeína, Papaverina, Noscapina, etc., en los que me detendré en próximo apartado, al menos en los más conocidos.

Los efectos narcóticos del opio procuran cansancio y somnolencia, hormigueo y picores en el cuerpo, sueños en duermevela o «sueño crepuscular», incluso alucinaciones (aunque no está incluido entre los alucinógenos), además de náuseas, vómitos y molestias estomacales. Por lo demás, esta sustancia inhibe la libido, haciendo difícil o casi imposible alcanzar el orgasmo.

El opio se diluye en agua, se calienta a fuego lento, luego se filtra y se calienta otra vez hasta evaporar el agua, para fumarlo de un modo convencional o en papel de aluminio, como los chinos de heroína («caballo»).

También se puede comer o ingerir por vía oral, incluso se puede introducir por el ano.

El opio ha sido utilizado para la elaboración del láudano, que es una mixtura alcohólica compuesta, entre otros productos, por vino blanco, azafrán, clavo, canela, además de opio. El láudano, cuyo principio más activo es la morfina, aparte de codeína y narcotina, se usaba para aliviar cualquier tipo de dolor.

Su empleo médico se remonta al Antiguo Egipto, como analgésico y calmante, para «evitar que los bebés griten fuerte» y «hacer olvidar cualquier pena». Los griegos, por su parte, también utilizaban la adormidera como analgésico, para dolores de muelas, como anti-diarreico, para combatir las fiebres y hacer dormir a los niños, incluso para tratar la histeria.

Los árabes, a través del Islam, mostraron su rechazo al vino para adherirse al opio y el café. Han utilizado el opio como euforizante -aunque paradójicamente disminuye esta capacidad a medida que se aumenta la dosis y la frecuencia de consumo-, y para el tránsito de la segunda a la tercera edad, con el fin de sobrellevar los sinsabores de ésta última, según Avicena.

Según el filósofo e investigador en estos temas, Escohotado, el opio sigue siendo para él la mejor droga de paz, que calma el desasosiego, los dolores y sufrimientos, la angustia. Y no altera las facultades de raciocinio.

Actualmente, resulta difícil encontrar opio salvo en Asia Menor y Oriente, aunque la adormidera sigue creciendo de un modo silvestre en buena parte de Europa. Los principales países cultivadores (a fin de obtener sobre todo codeína) son, entre otros, India y España.

Hay una abundante literatura acerca del opio, léanse sobre todo Confesiones de un inglés comedor de opio, del siempre genial De Quincey; Opio, el diario de una desintoxicación, de Jean Cocteau, o Los Paraísos artificiales, de Baudelaire.
 
3.-Derivados del opio
 
Entre los derivados del opio están la morfina (que es como un opio concentrado), la heroína, la codeína, metadona, etc.
 
a,-La Morfina, que debe su nombre en honor a Morfeo, el dios griego del sueño, es un potente alcaloide del opio, usado como analgésico para aliviar el dolor/sufrimiento. Se trata de un polvo blanco, cristalino, inodoro y soluble en agua, empleado en el tratamiento del infarto agudo de miocardio, en el postquirúrgico, y fundamentalmente en el cáncer. La morfina está contraindicada en casos de Depresión respiratoria aguda; pancreatitis aguda o en fallos renales.

Sus derivados químicos son la Heroína; Naloxona y Naltrexona (éstos dos últimos empleados para el tratamiento de la intoxicación aguda por opiáceos), etc.
 
b.-La Heroína es una droga altamente adictiva e ilegal en la mayor parte de los países. En los ochenta del pasado siglo fue letal para muchos, sobre todo en nuestro país, y aun en nuestra comarca del Bierzo. Se trata de un opiáceo, también depresor del SNC, como todos los derivados del opio, cuyo efecto es muy rápido, aunque es menos depresora que la morfina.

La heroína, que ya se conoce desde finales del siglo XIX, se prepara a partir de la morfina. De ahí que también se le llame diacetilmorfina. Se vende en forma de polvo blanco o marrón, y aun como sustancia negra pegajosa (goma o alquitrán negro). El gigante farmacéutico Bayer registró la marca comercial Heroin (Heroína) por sus cualidades heroícas, para combatir la tos y la tuberculosis, y luego la tuvo que retirar por presiones ejercidas por los defensores del opio. Cuando está sin refinar, la heroína se conoce como «azúcar moreno» y, ya refinada, como «caballo». Puede adulterarse -y suele hacerse- con quinina, lactosa, azúcar, así como con otros fármacos depresores del SNC, tales como los barbitúricos y sedantes, incluso se contamina con estricnina y aun otros matarratas, que resultan

letales en dosis altas. Cuando se mezcla con cocaína, y aun con anfetas, se conoce como Speedball.

La Heroína crea una gran dependencia física y psicológica, quizá sea la droga que más «mono» da, con moqueo, lagrimeo, calambres y dolores musculares, síntomas similares a una gripe, que se acompañan de una gran ansiedad y diarrea, entre otros, hasta llegar a convulsiones y alucinaciones.

Se puede fumar en forma de chino -aspirando el humo al ser calentada sobre papel de aluminio, y cuyo efecto es casi inmediato-, aunque también se esnifa y se inyecta. Por esta vía, y debido a las agujas compartidas entre algunos consumidores, muchos han contraído el VIH, algunas hepatitis así como otras enfermedades infecciosas.

Entre sus efectos están la sedación, euforia, analgesia, depresión respiratoria (causa principal de la muerte por sobredosis), náuseas y vómitos, efectos gastrointestinales, cardiovasculares, renales, urinarios.

Impactante resultó la película de Preminger, El hombre del brazo de oro, en la que veíamos a Frank Sinatra intentando superar, convulsionado, el «mono» por la heroína. Algo parecido a lo que le ocurre a un personaje en otra peli, Trainspotting.
 
c.-La Metadona es un opioide sintético, conocida en sus inicios como «dolofina», y ofrecida a los médicos del ejército alemán, durante la Segunda Guerra Mundial, como analgésico, sedante y remedio contra a tos. «Una droga contrarrevolucionaria» capaz de curar a los heroinómanos. Es una sustancia más potente que la morfina, con propiedades similares y cuyos efectos secundarios también se asemejan a los de ésta última, entre ellos el estreñimiento, contracción de pupila, bradicardia, aumento de la temperatura corporal y depresión generalizada, a saber, circulatoria, respiratoria y digestiva. En la actualidad, la metadona se suministra, líquida y aun en pastillas, para desintoxicar a los farmacodependientes de opiáceos, como la heroína.  

d.- La Codeína o metilmorfina es otro alcaloide del opio, con sabor amargo, quizá el más vendido por la industria farmacéutica, y descubierto casi a mediados del siglo XIX como resultado de metilizar o metabolizar la morfina. Se suele tomar en jarabe -casi todos contienen codeína-, para aliviar la tos, o bien inyectada, con efectos analgésicos excelentes en casos de dolores moderados. Y sobre todo tiene mucho menor riesgo que la morfina de provocar dependencia o efectos tóxicos. De efectos parecidos a la codeína es la Buprenorfina, incluso la Pentazocina. También cabe mencionar la Tebaína (que se usa para crear otros derivados sintéticos del opio, como la naloxona); la Papaverina (cuyo efecto es relajante); Noscapina, Narcotina, etc.

*Depresor y estimulante y neurotransmisor.

*GHB (ácido gamma-hidroxibutírico, G o éxtasis líquido). Potente droga cuyos efectos, sobre todo mezclada con alcohol, pueden ser mortales.

Es, a su vez, una sustancia endógena (neurotransmisor), que se encuentra en pequeñas cantidades en el SNC de mamíferos, incluyendo humanos. Precursor inmediato del neurotransmisor GABA, con el que está emparentado, que regula el estado de vigilia, la actividad física y el sueño.

Sus efectos dependen sobre todo de la dosis. En dosis altas produce sedación (reduce la ansiedad y síntomas de narcolepsia, induce al sueño); y en bajas, provoca estimulación o excitación (euforia, embriaguez, incluso funciona como afrodisiaco).

Se ha usado como anestésico, para tratar a los alcohólicos y adictos a opiáceos y para mejorar el rendimiento atlético.
 

B.-Otras sustancias psicotrópicas depresoras del SNC: Tranquilizantes Menores o Ansiolíticos, barbitúricos y Tranquilizantes Mayores; Grandes Narcóticos.
 

1.-Los Ansiolíticos o Tranquilizantes Menores también ejercen como depresores del SNC, cuya acción disminuye, atenúa o elimina los síntomas de la ansiedad o angustia, entre ellos, la taquicardia, sensación de ahogo, insomnio, terrores nocturnos en forma de pesadillas, etc., logrando una tranquilidad emocional o apaciguamiento en el consumidor. Se podrían definir como «amansadores». Incluso en dosis leves provocan aturdimiento, dificultad para hablar y coordinar movimientos. Por eso están contraindicadas para manejar vehículos. También se utilizan en estados afectivos como el Trastorno Bipolar (o psicosis maniaco -depresiva) y aun en casos de epilepsia. Activan la Dopamina.

Su descubrimiento se realiza a partir de los años cincuenta, y desde entonces se producen en grandes cantidades. Se suelen extraer del aceite pesado, cuyo coste es inferior a los opiáceos naturales.

Entre los ansiolíticos más empleados en la actualidad destacan las Benzodiacepinas (BZD), entre otras, el diazepam (Valium) y Tranxilium, y otros como el Trankimazín y Dormodor, por ejemplo. Muy utilizados por los occidentales para combatir el estrés y el insomnio.

Contrariamente a otros narcóticos y sedantes sintéticos, las BZD no deprimen de modo generalizado el SN (Sistema Nervioso), sino sólo partes del mismo.

En dosis pequeñas o medias son sedantes, y en dosis mayores funcionan como hipnóticos o inductores del sueño. También funcionan como relajantes musculares, y llegan a producir distintos grados de amnesia. Poseen un alto grado de tolerancia, con un peligroso síndrome de abstinencia, que incluye temblores y convulsiones intensas.

Entre sus efectos secundarios figuran la somnolencia, confusión, mareos, dolor de cabeza y estómago, diarrea, estreñimiento, sequedad de boca y depresión.

Otro inconveniente de las benzodiacepinas es su larga permanencia en el cuerpo. Por contrapartida, estas drogas suelen ser bastante seguras, aunque también hayan producido casos de intoxicación, incluso de muerte.
 
2.-Por otra parte, están los barbitúricos, como el Pentotal, derivados del ácido barbitúrico, que también son sedantes del SNC, incluso anestésicos, cuyo uso y abuso crónico reduce la memoria y la capacidad de comprensión y provoca episodios delirantes.

Nuestro experto en sustancias psicotrópicas, el gran Escohotado, nos sigue llevando de la mano por este apasionante mundo, que entronca de lleno con la psiquiatría y la psicopatología, pues gran parte de estos fármacos o psicofármacos causan algún tipo de trastorno en quienes consumen estas sustancias.
 

3.-Los Tranquilizantes Mayores o Neurolépticos, también conocidos vulgarmente como atanervios o «lobotomizadores químicos», son indicados sobre todo en trastornos psicóticos y esquizofrénicos (en algunos pacientes no son del todo eficaces), aunque también -paradójicamente- en casos de depresión. Entre los más conocidos están el haloperidol y la reserpina, comercializados bajo nombres distintos en cada país.

En dosis altas, estos fármacos, de altísimo riesgo, podrían producir catalepsia. Se caracterizan por bloquear o destruir algunos de los principales neurotransmisores como la dopamina (sobre todo ésta), norepinefrina o noradrenalina y serotonina. Por eso, se cree que la esquizofrenia puede ser causada por una excesiva actividad dopaminérgica.

Las anfetaminas, por ejemplo, también agravan la esquizofrenia y las psicosis.

Entre sus conocidos efectos secundarios están el parkinsonismo o incapacidad de estarse quieto, la destrucción de células, anemia, vértigos, visión borrosa, retención urinaria, estreñimiento, irregularidad menstrual, atrofia testicular, arritmias cardíacas, congestión nasal, sequedad de boca,
trastornos de peso (desde una marcada obesidad a pérdida de masa muscular), síndrome con hipertermia y aun muerte repentina.

También afectan de un modo negativo en la potencia sexual, con inhibiciones en la eyaculación y frigidez, y degradación en el deseo erótico, así como una merma en la capacidad afectiva, cuando los tratamientos son prolongados y frecuentes. Se administran tanto por vía oral, sublingual, intramuscular como endovenosa, según el caso y el producto.

a.- Se pueden distinguir entre Neurolépticos Típicos o clásicos (véase por ejemplo el Haloperidol), cuya acción antipsicótica se ejerce al bloquear los receptores dopaminérgicos D2. Y por esto son eficaces sobre los síntomas de la esquizofrenia, aunque tienen muchos efectos adversos.

b.- Por otra parte, están los Neurolépticos Atípicos o nuevos, que producen una mínima sedación como la Risperidona. Su acción antipsicótica se ejerce al bloquear los receptores dopaminérgicos D2, como ocurre con los típicos o clásicos, y también por el bloqueo de los receptores serotonérgicos, histamínicos y muscarínicos. Son más eficaces que los anteriores y producen menos efectos adversos.
 

Para finalizar este apartado, incluiré los Grandes Narcóticos como el Cloroformo (léase el poema de Valle Inclán dedicado a esta sustancia), que se obtiene por destilación de alcohol con otros compuestos (cloruro de cal, acetona, etc.).
 
1.-Cloroformo: Se trata de un potente narcótico por inhalación. Su efecto anestésico es muy breve y entraña el riesgo del llamado colapso primario. Se puede producir muerte, además de intoxicaciones agudas, por la falta de oxígeno en el cerebro y una depresión en la mayoría de los órganos (corazón, hígado, páncreas…). Su abuso produce dolores de estómago y vómitos, pérdida del impulso sexual, irritabilidad, insomnio, debilidad física y mental, incluso delirium tremens, más violento que en los alcohólicos.
 
2.- Éter: Se obtiene por destilación del alcohol con ácido sulfúrico, y procura una ebriedad similar a la del alcohol. El éter, que también se emplea como disolvente desde hace siglos, ha sustituido al cloroformo como anestésico de inhalación. Al igual que el cloroformo, provoca en el consumidor un síndrome de abstinencia con un violento delirium tremens, que en ocasiones se resuelve en muerte.

En dosis leves procura desinhibición controlable, con una sensación de que se agudizan los sentidos y el intelecto. Y en dosis medias y altas se producen alucinaciones visuales y auditivas. En algunos casos, y en atmósferas impregnadas con vapores de éter, también se dan delirios (creencias falsas) ninfomaníacos.
 
3.- Además de otros somníferos y sedantes, como los bromuros, que resultan espantosos, también está el Gas de la risa (óxido nitroso), que aún se utiliza hoy en la cirugía general y odontología. En dosis medias o pequeñas funciona como un analgésico.
 
4.- Por último el fentanil o fentanilo (Fentanesc en España), de uso más o menos reciente. Está controlado a nivel legislativo, incluso monopolizado, y cuyos efectos son unas cuarenta veces más potentes que los de la heroína. El fentanil se emplea en intervenciones quirúrgicas realizadas sobre todo en clínicas occidentales.

(Continuará…)

Manuel Cuenya

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