El escritor Fermín López Costero rescata del olvido la vida y obra del pintor Leopoldo Sánchez Díaz

Retrato de Leopoldo Sánchez Díaz (1857), por Federico de Madrazo
Retrato de Leopoldo Sánchez Díaz (1857), por Federico de Madrazo

El escritor Fermín López Costero acaba de publicar un trabajo de divulgación sobre la vida y la obra del pintor Leopoldo Sánchez Díaz (1830-1901), natural de Villafranca del Bierzo. Lo edita la Real Academia Gallega de Bellas Artes en su prestigiosa revista «Abrente» (núms. 42-43, 2010-2011), cuyo contenido también puede consultarse en  soporte informático.

 El estudio de López Costero se titula «El pintor Leopoldo Sánchez Díaz (1830-1901). Profesor de la Academia Provincial de Bellas Artes de La Coruña» y aparece en dicha publicación al lado de los trabajos de reputados estudiosos y especialistas, como la astorgana Ángela Franco Mata, directora del Departa-mento de Antigüedades Medievales del Museo Arqueológico Nacional.

Según cuenta Fermín López Costero, el pintor Leopoldo Sánchez Díaz (Villa-franca del Bierzo, 1830-La Coruña, 1901) se formó en la Real Academia de BB. AA. de San Fernando, en Madrid. Allí tuvo como profesores, entre otros, a José y a Federico de Madrazo. Aparte de la relación maestro-discípulo, con F. de Madrazo también mantuvo amistad a lo largo de los años. Aunque des-arrolló diversas temáticas, la especialidad pictórica en la que destacó fue el retrato. Se puede decir que toda su vida la dedicó a la pintura, en la doble fa-ceta de pintor y de docente. Como profesor, debutó en la Escuela de Bellas Artes de Cádiz, en el curso 1867-68; pero, el curso siguiente lo pasó en La Co-ruña, impartiendo clases en la entonces denominada Academia Provincial de BB. AA. En 1872 obtuvo por oposición la cátedra de «Dibujo de adorno» en este centro. En La Coruña fijó su residencia y se casó en segundas nupcias. En 1880, la Real Academia de BB. AA. de San Fernando lo nombró académico correspondiente, por La Coruña. Su obra ―especialmente los retratos― está claramente influenciada por los Madrazo; sólo al final de su vida, su estilo se vuelve más personal. Sobre todo en su etapa madrileña, recibió encargos de la nobleza y de la casa real, entre otros. Aunque su obra está relativamente dis-persa, donde más pintura suya se conserva hoy en día es en la Real Academia de BB. AA. de San Fernando (el denominado «Legado Sánchez del Bierzo»). Tras su muerte ―acaecida hace 110 años―, tanto él como su obra quedaron totalmente olvidados.

No es la primera vez que López Costero reivindica la figura de algún pintor leonés de prestigio. En 2008 también llamó la atención sobre Francisco Bajén (nacido en 1912 en San Clemente-Cacabelos), en «Francisco Bajén. Pintor del silencio, de la luz y de la cotidianidad» (revista «Estudios Bercianos», núms. 32-33). Bajén, pintor reconocido hoy en día internacionalmente, reside desde 1939 en Francia, a donde se exilió tras la Guerra Civil española.

Además de narrador y poeta, Fermín López Costero, que acaba de ser decla-rado finalista del II Premio Internacional de Microrrelato «Museo de la Pala-bra», también destaca por su labor como articulista y ensayista, a través de la cual ha tratado diversos temas artísticos e históricos relacionados con la co-marca de El Bierzo. Su último libro publicado es «La soledad del farero y otras historias fulgurantes» (Ediciones Leteo, 2009).

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