Una de las jugadoras más queridas de los últimos años en el Club Baloncesto Bembibre, Rosó Buch, una vez finalizada su etapa en el equipo rojillo, ha querido despedirse del club y de toda la gente de Bembibre y lo ha hecho a través de una carta en la que agradece todo lo que ha vivido durante las tres temporadas que ha pertenecido a la disciplina de la entidad berciana. A continuación reproducimos el texto íntegro de la despedida de la catalana:
“Debutamos juntos en Liga Femenina, vosotros como club y yo como jugadora. Nuestro primer año sufrimos, pero allí me demostrasteis que no había afición más fiel ni equipo con más corazón. Seguramente el segundo fue casi inmejorable, ya que entre todos pusimos al club donde siempre debería estar. Este último año estuvimos cerca de repetirlo, aunque lo más importante es que demostramos una vez más que es un club humilde y trabajador, pero con unas capacidades y sueños ilimitados.
Siempre estaré agradecida a cada persona del club, de la afición y del pueblo por vuestra profesionalidad, por vuestros ánimos incansables, pero sobre todo por vuestra cercanía y cariño. Fuisteis y sois los primeros en hacernos soñar. Y especialmente agradecida de haber aprendido y compartido tantos momentos con este cuerpo técnico y con tan buenas jugadoras. No hay mejor sensación que la de ganar con compañeras que consideras amigas y que realmente sé que me llevo para siempre.
Han sido tres años increíbles, en los que no he dejado de crecer, pero lo más importante es que lo he hecho en un lugar en el que me he sentido como en casa, querida y feliz. Gracias a todo Bembibre y a cada jugadora por hacerme sentir de esta gran familia desde el primer día y por hacerme disfrutar tanto. Cada lágrima, cada sonrisa, cada esfuerzo… Todo ha valido la pena por hacerlo junto a vosotros.
La vida va de etapas y yo estoy preparada para la siguiente. Siempre será especial volver a ‘mi pueblo’. Hasta pronto y mucha suerte”.
Rosó Buch Rosell
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