El propietario de Minas del Bierzo Alto (MBA), José Simón Ramos Campazas, se ha mostrado crítico con las medidas de apoyo a las energías renovables en detrimento del carbón, un sector que se ha visto afectado por el incumplimiento de los acuerdos alcanzados en el Plan del Carbón. El empresario minero atribuye la responsabilidad única y exclusivamente al Gobierno, pero no sólo por los incumplimientos con los productores de carbón, sino también por los incumplimientos con “las eléctricas y con los sindicatos”.
“Hay un mecanismo que se ha utilizado en el pasado, ¿por qué no se hace?”, preguntó Ramos Campazas, que cuestionó que quien sale beneficiado de esta situación es el sector de las renovables. De hecho, no le cabe duda que “salen muy bien paradas” por las políticas a favor del sector energético a niveles de “escándalo” cuando lo que saldría barato es “cerrar todo el tema de las renovables, porque salen a pelo de conejo”, dijo.
Pero detrás de las políticas de apoyo a unas u otras fuentes energéticas, la dependencia del carbón en la provincia tanto directa como indirecta es muy significativa. Así las cosas, las cifras que maneja el Gobierno, que eleva el número de mineros a 3.000, son muy diferentes a las que tiene en cuenta el propietario de MBA, partiendo de un cálculo hecho “por expertos, no por mí”: “lo que mueve la minería en León son 30.000 familias”, dijo. “Si no hay mina automáticamente no hay centrales, y si no hay mina ni centrales ya no son sólo empleos directos, sino todo lo que se mueve alrededor, y se calcula que son 30.000 familias y no 3.000 mineros como dice el Ministro”.
Con estos argumentos, entiende que los problemas del sector no son que las centrales no consuman el mineral nacional, sino la ausencia de un marco regulador ya que “es necesario comprar carbón autóctono pero a un precio competitivo, y hay fórmulas pero depende del Gobierno”.
Es más, incluso considera que existe un desconocimiento amplio de la situación en Madrid, en el propio Ministerio de Industria, “porque no saben o no quieren saber”, y lamentó que se tomen decisiones por personas que “a saber qué entienden ellos por cuestiones sociales, por rendimientos, por costes o por soluciones”.
La situación actual ha dejado al sector pendiente de los movimientos y de las movilizaciones, pero Simón Ramos lejos de transmitir un punto de vista pesimista cree que pronto habrá soluciones satisfactorias. Por un lado, confía en que la Orden Ministerial con el mecanismo para incentivar el carbón autóctono pronto vea la luz con un borrador que convenza a las partes y aporte estabilidad; y por otro lado espera que las negociaciones con Endesa lleguen a buen puerto, aunque las decisiones en materia de consumo del mineral se toman en Madrid y no en Ponferrada.
El representante de los trabajadores en MBA, Rubén Fernández, que también expresó su confianza en una solución satisfactoria, y no le queda duda que “la solución es clara y sencilla”. Pero no vale con eso, sino que tiene que materializarse en un acuerdo, “a ver si se ponen a trabajar y en estos días nos dan la solución”.
La otra cara de la moneda, añadió Ramos, es que la solución sea “chapuza” por contemplar medidas temporales hasta 2018 y no políticas que permitan tener unos horizontes más amplios. Algo que sería, asimismo, un estímulo para que las eléctricas hagan inversiones a medio o largo plazo, “hay que pensar a 10 ó 20 años”, propuso Campazas, “no sé por qué no se hacen planes más allá del horizonte de 2018 porque un negocio no puede hacer planes a 3 años”.
Ésa es la clave, a su juicio: un “ambiente estable” que aporte equilibrio social y económico.
Simón Ramos hizo estas declaraciones con motivo de una visita a los cuatro mineros encerrados en el Ayuntamiento de Bembibre, dos de ellos pertenecientes a su empresa, Minas del Bierzo Alto. Y de hecho se desprendió en elogios por estas medidas que han iniciado en defensa del sector: “estamos orgullosos por cómo están peleando, y transmitirles ánimo, que su lucha va a servir para algo muy positivo”, dijo.
