Ha finalizado el plazo para la presentación de ofertas para la gestión indirecta de la estación de autobuses sin que ninguna empresa haya concurrido al proceso de licitación. Una situación que arroja incertidumbre sobre la gestión de las instalaciones y que implicará volver a reiniciar el proceso de privatización. Eso sí, si volviera a quedar desierto el Ayuntamiento está en disposición de poner en marcha la estación una vez cuente con el permiso de la Junta.
Así lo puso de manifiesto el alcalde, José Manuel Otero, que reconoció que las obras están completamente finiquitadas y que el Ayuntamiento únicamente está pendiente de la autorización de la Junta para que vaide la nueva infraestructura, ya que hasta este momento la localidad contaba con un apeadero y a partir de ahora tendrá una estación de autobuses.
Entre tanto, intentarán sacar adelante la gestión con un nuevo concurso público. Todavía no se sabe si habrá modificaciones en las condiciones que rigieron en la primera licitación, y que fundamentalmente planteaban un canon de 750 euros mejorable en las respectivas ofertas, y una duración del contrato de cinco años, prorrogable por otros dos años.
Este hecho, unido a que aún falta la autorización de la Junta, plantea dudas sobre cuándo se pondrán en marcha las instalaciones. Todo apuntaba a que sería durante la época estival, mientras ahora sólo cabe esperar que se puedan cumplir estas previsiones, aunque sin garantías: “espero que antes de fin de verano, pero no voy a dar una fecha concreta”, aseguró Otero.
Eso sí, si concluyese el segundo proceso de licitación sin empresas interesadas en la gestión, una vez cuente con los permisos correspondientes la estación se pondrá en funcionamiento. “Si no salieran licitadores la tendríamos en marcha igual”, concluyó el alcalde.
El Ayuntamiento también está trabajando para mejorar las infraestructuras que van a desembocar en la propia estación, confirmó Otero, tales como las aceras y accesos.
