Aniversario del Consejo Comarcal y provincialismo berciano

Javier Lago Mestre

Celebramos el 25 aniversario del Consejo Comarcal de El Bierzo. El 11 de julio de 1991 tuvo lugar el primer pleno de la institución comarcal. En el presente mes tendrán lugar los actos políticos en homenaje a aquellos consejeros pioneros. Pero conviene recordar que esta política comarcal tiene unos antecedentes en el provincialismo berciano. Sería un error desvincular el actual proceso comarcal de nuestro provincialismo.

Por una parte hay una negación del provincialismo berciano por la historiografía leonesa, por la corta duración de la provincia de Villafranca del Bierzo o la escasa institucionalización de la provincia de El Bierzo de la Edad Moderna. Otros historiadores defendemos una revalorización del proceso provincialista berciano. Declaramos que la provincia berciana tiene su origen en finales de la Edad Media. Además hay una continuidad del proceso provincialista berciano a lo largo del siglo XIX. Merece la pena recordar algunos hitos de este peculiar devenir provincialista.

EL PROCESO PROVINCIALISTA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN

A fines del siglo XV tiene lugar la rebelión del conde de Lemos en defensa de su patrimonio territorial berciano. Los Reyes Católicos derrotan finalmente a dicho noble y toman el control de El Bierzo. La Corona decide reordenar esta región con la creación del marquesado de Villafranca, la compra de la villa de Ponferrada y el establecimiento del “corregidor de Ponferrada y de la provincia del Bierzo” (1486).

Con esta provincia de El Bierzo se inicia un proceso de refuerzo continuo del poder real. Pero esta dinámica siempre tuvo la resistencia de los poderes territoriales señoriales de origen medieval (monasterios, alta nobleza, obispados, etc). El comentado corregidor de Ponferrada siempre defendió los intereses de la Corona en esta provincia (judicial, fiscalidad, militar, etc). Esta singular provincia, bajo el mando de dicho corregidor, a lo largo de la Edad Moderna, presentó caracteres de protoinstitución que va más allá de la simple delimitación territorial. Esta provincia facilita su mejor integración institucional en las diversas dinámicas de la Corona de Castilla (fiscal, militar, judicial, gubernativa…

LAS DEPENDENCIAS PROVINCIALISTAS

Este provincialismo berciano tampoco se puede entender sin las consiguientes dependencias territoriales. Es el caso del poder excesivo que ejerció la capital de León en la Edad Moderna. El regimiento de León tuvo durante siglos la representación en Cortes castellanas de tres territorios, a saber, Principado de Asturias, provincia de El Bierzo y partido de León, que implicó privilegios fiscales a la hora de repartir los tributos reales.

Fueron continuas las protestas bercianas frente al centralismo leonés. Así no podemos pasar por alto las reclamaciones contra el Adelantamiento de León (institución judicial), “que más conviene que se le cometan los negocios de aquella provincia a el corregidor de Ponferrada y se le quiten a el adelantamiento de León (…)” (1567). Otro tanto acontecía con los excesivos pagos tributarios a León, desde El Bierzo se demandaba recaudar en esta provincia, “obligando a los pobres naturales que vayan a hacer las pagas a la dicha ciudad de León (…)” (1648). Y lo mismo sucedía con los repartimientos militares, por eso Ponferrada demandó a la capital de León ante los tribunales, como fue en el caso de los infantes para la guerra de Cataluña (1654), aunque la sentencia fue favorable a los intereses leoneses.

La variada conflictividad entre León y El Bierzo, por el fuerte centralismo capitalino, favoreció el provincialismo berciano secular. La documentación histórica nos muestra continuas referencias a la provincia berciana que sirvió para reforzar nuestra identidad territorial. Esta provincia desconcentrada del Antiguo Régimen evolucionó con la posterior provincia liberal que dio un paso hacia la descentralización.

EL PROVINCIALISMO LIBERAL EN EL BIERZO

La derrota del Antiguo Régimen supuso el advenimiento del sistema político liberal. Las reformas institucionales permitieron la creación de la provincia de Villafranca del Bierzo. El debate político en las Cortes favoreció el reconocimiento de nuestras singularidades territorial e institucional. Esta región también participó y presionó en este debate, en demanda de la nueva provincia y en la elección de la capitalidad. Finalmente la provincia de Villafranca fue suprimida por la caída del Trienio Liberal (1820-1823) ante la victoria del régimen absolutista.

Posteriormente, la reforma provincial de 1833, aprobada de forma definitiva, no consiguió eliminar el movimiento provincialista de nuestra región de El Bierzo. Así aconteció con las demandas provincialistas de 1837 ante las Cortes. El Ayuntamiento de Ponferrada siguió luchando por la provincia, “para recuperar del Gobierno la capitalidad para esta villa (…)” (febrero de 1842), contando con el apoyo de los parlamentarios Pascual Fernández Baeza, Nemesio Fernández García y Patricio de Azcárate (M.J. García González: Pascual Fernández Baeza, 2008). Finalmente El Bierzo se incluyó en la propuesta provincialista de Fermín Caballero en 1842 que abarcaba Valdeorras y Laciana.

La propuesta territorial del ministro Pascual Madoz (1845-1850) apostó por la recuperación de la provincia de El Bierzo que incluía el partido judicial de Viana (Ourense) y los pueblos de Porto, Bayo, Cobos, Pías y Vilanova da Serra (Zamora). Por su parte, el geólogo Luchas Mallada hizo otra propuesta provincial que presentaba una amplia provincia de El Bierzo que se extendía por el sur hasta Portugal, con tierras zamoranas y orensanas (1881). Las reivindicaciones territoriales de El Bierzo continuaron con otras divisiones parejas: las municipales, electoral, judicial (1834), subdelegación de rentas (1841) o de las subdelegaciones de distrito (1847). Pero lo cierto es que en la segunda mitad del siglo XIX el reformismo provincialista perdió fuerza política y dialéctica ante el pujante regionalismo peninsular periférico.

Rematamos diciendo que sería un error político desvincular el autonomismo actual del provincialismo berciano. Hay un continuismo histórico en el movimiento territorial reivindicativo a pesar de trazarse por períodos diversos. La propia Ley de la Comarca de El Bierzo reconoce parcialmente los antecedentes provincialistas, “aquella llegó a tener una cierta personalidad administrativa”. Y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León hace otro tanto cuando se refiere a la comarca de El Bierzo, “teniendo en cuenta sus singularidades y su trayectoria institucional” (art. 46.3). Así pues, merece la pena no olvidar nuestro acervo institucional histórico y seguir el ejemplo reivindicativo de los luchadores provincialistas de El Bierzo.

Xabier Lago Mestre

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