Endesa contempla el cierre de Compostilla en 2020 pero apuesta por las centrales de carbón de importación

El plan estratégico 2017-2019 de Endesa no deja en buen lugar a la central térmica de Compostilla, que se vería abocada al cierre definitivo en 2020 siempre que el Gobierno las siga dejando al albur del mercado y no apruebe incentivos que le permitan ampliar la vida. Así se recoge en el documento enviado a la CNMV, según la información del diario Cinco Días, que establece el objetivo para el año 2050: que la producción eléctrica esté libre de emisiones y sea 100% renovable, de acuerdo con la hoja de ruta de la Unión Europea, para cumplir con los objetivos de la Cumbre del Clima, lo que supone la descarbonización efectiva del parque eléctrico.

La compañía filial de la italiana Enel descarta inversiones en las grandes centrales de carbón nacional, una de ellas la central de Compostilla si no hay incentivos del Gobierno, lo que da a entender que el cierre de esta central y la de Teruel se producirá en 2020.

Mientras la política de Endesa castiga a las centrales de carbón nacional, la eléctrica española prevé invertir 300 millones en las centrales de carbón de importación en As Pontes (A Coruña) y Carboneras (Almería). En concreto, la eléctrica realizará esta inversión medioambiental para adaptarlas a la directiva europea de emisiones industriales (desnitrificación, esencialmente). Estas inversiones permitirán a estas plantas, con un carbón más barato y una combustión más eficiente, poder funcionar varios años más frente al planteamiento de cierre de las centrales de carbón nacional.

Respecto a las centrales nucleares, Endesa apuesta por su continuidad y confía en que se amplíe la vida del parque atómico a 60 años. La compañía tiene previsto destinar una inversión de 500 millones hasta 2019 para garantizar la seguridad y eficiencia de sus nucleares y lograr un alargamiento de su vida.

En los mercado minoristas, la compañía tiene 11,1 millones de clientes eléctricos (la mitad aproximadamente liberalizados) y 1,5 millones de gas (un 85% en el mercado libre).

6.000 millones de beneficio con un 70% para Italia

Detrás de estos movimientos, los números. El grupo energético contempla un beneficio hasta 2019 de 6.000 millones de euros que prevé destinar en su totalidad a dividendo. De ellos, un 70% se distribuirá entre el capital italiano de Enel. Es decir, 4.200 millones de euros.

La eléctrica espera ganar 1.400 millones este año y el próximo, 1.500 millones en 2018 y 1.700 millones en 2019.

Endesa cerró 2015 con 1.100 millones de beneficio, por lo que la previsión para este ejercicio supone un alza del 27 % y elevar en 100 millones la anterior previsión de 1.300 millones.

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