El circo Coliseo recibe en sus adentros a escolares de cuatro años del Virgen de la Peña

Que los más pequeños se sienten atraídos por el circo es un hecho innegable. Atraídos por su colorido, por su capacidad para hacer reír, por la emoción que contagian, y por su espectáculo en general. Pero más allá de lo que ve el público existe un estilo de vida que también atrae a los niños. Algo que han podido conocer en primera persona los escolares de segundo de infantil del colegio Virgen de la Peña que han realizado en estas fechas un trabajo en profundidad sobre el circo que les abrió las puertas del espectáculo ‘Coliseo’.

“En el universo infantil la realidad se confunde muchas veces con la ficción, los alumnos dotan de vida a seres inanimados, les atraen los animales, los colores, los payasos”, explica la dirección del centro. Y, precisamente, todos estos aspectos son los que esconde la disciplina circense, un motivo de peso para que los escolares se adentraran en el circo más allá del mero espectáculo.

 

Y es que los espectadores conocen, como norma general, lo que ven en cada función. Pero falta mucho más: lo que está detrás de la función, “lo que está oculto detrás del telón y permanece cuando los espectadores regresan a sus casas”. En esto se centró el trabajo del colegio Virgen de la Peña, en adentrarse en el circo.

Aprovechando la visita del circo Coliseo la profesora planteó ahondar en lo más profundo del circo, desde el espectáculo hasta su forma de vida. “Los alumnos de 4 años acompañados por sus padres en una visita previa al espectáculo pudieron investigar, ver y conocer cómo es el circo por dentro, cual es la forma de vida de sus personajes, dónde y cómo viven, cómo se relacionan, cómo estudian los niños del circo, cómo y con qué esmero cuidan a sus animales”, expresó la dirección.

Los más pequeños conocieron la realidad del circo y hasta los lugares donde viven los artistas y los animales, e incluso cómo se desplazan familias enteras sin que ello afecte a la educación de los niños. Una vez abierta esta puerta, pudieron ver la función y disfrutar con el espectáculo y expresar todas las emociones con la que habitualmente llegan a un circo: la “alegría al ver los payasos, el miedo al ver los domadores con sus tigres, osos y leones; sorprendidos con la magia, asustados con los trapecistas, admirados con los equilibristas, y tristes porque dio fin a la función y no se querían ir”.

 

Fotos: Colegio Virgen de la Peña

 

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