La Iglesia de Folgoso se queda pequeña para despedir a su vecino Manuel García Viejo

El pueblo de Folgoso de la Ribera se sumó este domingo a los actos religiosos para dar el último adiós al misionero Manuel García Viejo, que falleció el pasado jueves a consecuencia del virus del Ébola. Familiares, autoridades de muy diversos ámbitos, amigos, ex compañeros y numerosos vecinos llenaron la Iglesia Parroquial de Folgoso de la Ribera que se quedó pequeña para celebrar los Oficios para honrar la memoria del religioso.

El Obispo de la Diócesis de Astorga, Camilo Lorenzo, fue una de las autoridades religiosas que se desplazó hasta la localidad berciana para despedir a García Viejo. Fue precisamente quien abogó por reconocer de alguna manera a quienes como el misionero fallecido dan todo lo que tienen, hasta su propia vida, para ayudar a quienes más necesitan su ayuda. Y eso, en la Institución eclesiástica, puede ser mediante la beatificación o coronización. “Tienen que seguir un proceso, que se demuestre que él ha muestro por la caridad y por amor a las personas”, manifestó el Obispo.

En cualquier caso, al margen de que ostente el día de mañana esta condición de beato, lo que parece claro, dijo Camilo Lorenzo, es que “es un mártir, aunque no llegue a los altares, porque eso dependerá de muchas cosas”. De hecho, si eso ocurriera, dijo, podría ser “cuando no estemos nosotros aquí”.

En la misma línea, el Superior Provincial de la Orden de San Juan de Dios, Miguel Varona, lo calificó como “un Santo no oficial”. “El Hermano Manuel tenía síntomas de Ébola pero seguía trabajando”, explicó Varona que enalteció el ejemplo “de entrega y generosidad por los más favorecidos”, hasta tal punto que “él quería quedarse allá, pasase lo que pasase”. No dudó en describirlo como “una persona buena, amable y que mostraba felicidad entre tanta infelicidad”. “Un Santo no oficial, pero es un Santo”.

En el interior de la Iglesia, lleno hasta el último asiento, y hasta la última fila. Todos para arropar a los familiares, pero también para sumarse a los actos con los que el pueblo de Folgoso quiso dar el último adiós a García Viejo. De hecho, entre los asistentes no faltaron muchos amigos quienes, de una forma u otra, no ocultaron la bondad del religioso fallecido.

Entre anécdotas sobre cómo se comportaba en casa, con los suyos, no era de extrañar que terminase dando todo lo que pudo por personas anónimas que le necesitaron. Sin mirar más allá que la desigualdad y la pobreza en aquellas regiones, durante 30 años ha participado en diferentes proyectos humanitarios en el África Occidental.

En el acto hubo caras conocidas de la política, entre las autoridades locales, encabezadas por el alcalde, José Antonio García. Pero también una representación de la Diputación encabezada por su presidente; de la Junta, con el delegado territorial. “Fue un hombre dedicado a los demás”, dijo el alcalde, que anticipó que habrá un reconocimiento popular en el pueblo de Folgoso.

 

 

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