La Casa de las Culturas acogió la presentación del segundo recopilatorios de relatos premiados en el Concurso Literario del Botillo, con una mesa redonda moderada por el escritor y colaborador de Bembibre Digital, Nicanor García Ordiz, en la que participaron algunos de los ganadores en pasadas ediciones.
Manuel Cuenya, ganador en el año 2000 con “Entre ánimas en pena” hizo una apasionada defensa del certamen literario y recordó como después de dos intentos en 1997 y 1998, donde recibió sendos Accésit, recibió por fin el ansiado premio que tan difícil le parecía conseguir.
Tomó a continuación la palabra Antonio Esteban, ganador en el primer festival de 1973 con el texto “Geórgica o gastronomía del Bierzo”, aunque asegura que lo de “Geórgica” es un añadido ajeno a él, que no forma parte del título original. Antonio, que también es colaborador de Bembibre Digital, atesora ya 41 premios literarios, y este año volvió a intentarlo en el el concurso del Botillo.
Celestino Domínguez Maestro, conocido párroco de Turienzo y antiguo Arcipreste del Boeza, ganó la edición de 2002 con el relato “De cómo Sor Catalina fuera antes Fray Martín”. Celestino dijo que fue su gusto por la escritura el que le llevó a participar en este concurso literario, y desveló que tiene pendiente de publicación un vocabulario del habla berciana con más de 400 páginas.
Por último intervino Armando Viloria, profesor y escritor de Montealegre, que ganó en 1998 con “La Sonrisa de Olivina” después de haber recibido una mención en 1996, y posteriormente un Accésit en 2001.
