A ciencia cierta: Los materiales que forman La Tierra

Desde hace muchos siglos se observó que había 4 elementos o formas de presentarse la materia que constituían todo el mundo conocido: el aire, el agua, el fuego y la tierra. También desde hace siglos resultó evidente que cada uno de estos 4 elementos se podían dividir más y más. Una roca por ejemplo, se puede partir en varios trozos sucesivas veces y por ello se llegó a sugerir que llegaría un momento en esas divisiones de la materia no podrían continuar. En ese caso, se razonaba, lo que tendríamos serían partes de materia indivisible a las que se llamó átomos. La palabra átomo significa “no divisible”.

Actualmente y tras muchos siglos de estudios, investigaciones y análisis; estamos en condiciones de responder a muchas de las preguntas que los filósofos y pensadores de hace siglos se formularon. Entre ellas este asunto de los átomos. Hoy sabemos que la infinidad de formas que adopta la materia no sólo en La Tierra, si no también fuera de ella, está formada por la combinación de unos 100 tipos diferentes de lo que llamamos átomos; aunque también sabemos que los átomos están a su vez formados por otras partículas aún más elementales: los electrones, los protones y los neutrones. Ahora bien, de todo ese centenar largo de átomos; menos de 100 se encuentran en La Tierra en estado natural. Los demás se han obtenido artificialmente y además son muy inestables. Quizá por ello lo más lógico es centrarnos en ese escaso centenar de átomos y en las formas de presentarse la materia que nos son familiares, como el agua, el aire, el fuego o los diversos tipos de rocas. El agua y como es casi de dominio público está formada por átomos de oxigeno e hidrogeno. El aire básicamente por nitrógeno y oxígeno y el fuego principalmente por oxígeno y carbono.

En cuanto a la tierra, entendiendo como tal tanto los impresionantes y duras rocas, como las blandas y sueltas tierras de cultivo; la verdad es que pese a presentar formas tan diversas está compuesta principalmente por un reducido número de átomos. Estos son el oxígeno (46,6%), el silicio (27,72%), el aluminio (8,13%), el hierro (5%) , el calcio (3,63%) el sodio (3,63%) el potasio (2,59%) y el magnesio (2,09%).Los restantes son menos de 1%. Aclaro que esta relación creo que es el que figuraba en el libro de Ciencias de la Naturaleza de mi época de estudiante de secundaria (años 70). Ahora puede que se hayan introducido ligeras variaciones; pero en lo esencial seguimos igual. Hay 8 elementos que constituyen la Tierra o más exactamente la parte más externa de nuestro planeta, es decir la corteza terrestre. De estos ocho hay dos que destacan que son evidentemente el oxígeno y el silíceo. Este reducido grupo de átomos forman parte del escaso centenar antes aludido. Si nos vamos al interior de La Tierra, puede haber algunas variaciones; pero lo que interesa es lo que vemos día tras día; que por otra parte es lo que mejor se puede analizar.

Esta composición de La Tierra es la que interesa desde el punto de vista químico; pero yo soy geólogo y en la geología se ven las cosas desde otra perspectiva; que no es ni mejor ni peor que la de los químicos; es sencillamente diferente.

LA GEOLOGIA

Desde una perspectiva geológica los diversos terrenos que forman los paisajes que nos son tan conocidos; se clasifican generalmente atendiendo a su modo de formación. Así hablamos de terrenos de origen ígneo, de origen sedimentario o de origen metamórfico. No obstante, hay que señalar que el aspecto que presenta a simple vista un paisaje, (color o relieve, por ejemplo); es resultado de varios factores y no sólo del origen geológico.

Las rocas de origen ígneo son las resultantes del enfriamiento de rocas fundidas que se hallan en el interior de la Tierra. Si el enfriamiento es muy lento dan lugar a los granitos, por ejemplo, como el del Monte Arenas de Ponferrada o de la Sierra de Madrid. Para que el enfriamiento sea lento es preciso que ocurra lógicamente no en el exterior es decir en contacto con la atmósfera; si no bajo la superficie. Si ocurre fuera da lugar al fenómeno conocido como el vulcanismo. En este caso el enfriamiento es muy rápido.

Cuando un terreno queda expuesto al aire libre, comienza a ser erosionado y disgregado en partículas que acaban depositándose (sedimentándose) en las zonas más bajas o en el mar. Los terrenos así formados se dice que son de origen sedimentario. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las condiciones de presión y temperatura que nos son familiares; son muy diferentes a las existentes en el interior de La Tierra. Los que trabajamos en las minas de carbón comprobamos a menudo como las rocas que parecen tan duras en superficie, a pocos cientos de metros de profundidad se comportaban a veces como si fuesen una masa pastosa o semi-fluida, que estrujaba literalmente a los cuadros metálicos que se colocaban para el sostenimiento de las galerías mineras. Ello es debido al peso del propio terreno. En condiciones de fuerte presión y temperatura (lo que ocurre a varios kilómetros de profundidad, por ejemplo); las rocas se transforman y adquieren un aspecto distinto al que presentarían en la superficie. Una vez que vuelven a ser visibles ya no recuperan su primitivo aspecto. Se han transformado o experimentado un proceso de metamorfosis. Son las llamadas rocas metamórficas. La pizarra es una de estas. En sus orígenes fue limo (o barro si se quiere), que por metamorfosis se ha endurecido dando lugar a un material mucho más compacto y con una serie de planos de discontinuidad (lajas); resultado de la presión a la que ese barro estuvo sometido durante mucho tiempo (millones de años en muchos casos). Muchas de las rocas más comunes en El Bierzo; son cuarcitas. Este tipo de rocas en general se formaron en antiguas playas de mares hoy inexistentes. Entonces eran terrenos blandos como los de las playas actuales; pero con el paso de millones de años han perdido el agua que contenían y los granos de arena se han pegado unos a otros (siguiendo un proceso similar al del hormigón artificial). Pese a todo en algunas partes aún se han conservado las huellas que son similares a las que observamos en cualquier playa actual. La imagen que adjunto tomada de la Red (www.infobierzo.com);es un elocuente ejemplo. Lo que se aprecia en ese afloramiento rocoso, ubicado en pleno casco urbano de Ponferrada; es una superficie que hace millones de años fue un borde de una playa similar a las actuales.

CICLO GEOLOGICO

Las rocas no son eternas y siguen un ciclo. Todas en un tiempo más o menos lejano (siempre de millones de años); están destinadas a ser fundidas o a ser transformadas en otras nuevas; para dar paso a rocas de origen ígneo o metamórfico que de nuevo pueden experimentar una etapa de erosión transporte y sedimentación que dará lugar a nuevas rocas sedimentarias. Cualquier proceso, cíclico comienza y termina en cualquiera de las partes del mismo. En el caso de los terrenos que forman la superficie terrestre es ciclo descrito de modo muy simple puede ser perfectamente el siguiente: erosión del terreno, transporte de las partículas erosionadas y sedimentación de estas. Después viene el proceso de compactación y metamorfismo en unos casos y en otros el de su eventual fusión es decir la conversión de las frías y duras rocas en materia pastosa y muchísimo más caliente; similar a los materiales (magmas); que expulsan los volcanes. Estas rocas fundidas de nuevo se enfrían y pueden ser sometidas a un nuevo ciclo de erosión y lo que le sigue. El proceso de metamorfismo y eventual fusión; está relacionado a menudo con otro fenómeno geológico muy conocido; como es el del plegamiento (doblamiento) de las capas que es asimismo el responsable de la formación de roturas (fallas) en las capas del terreno.

El estudio del ciclo geológico es la base de las llamadas Ciencias Geológicas y su análisis pormenorizado ha dado lugar a la redacción no de muchos artículos; si no innumerables libros de geología dispersos por todo el mundo.

Rogelio Meléndez Tercero

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