Los matemáticos del siglo XVIII en San Facundo

Por motivos profesionales a menudo he tenido que realizar labores de agrimensura y por simple afición me he ocupado desde hace muchos años de la investigación histórica. Nada de extraño tiene pues que con mucha frecuencia haya estudiado el contenido del célebre Catastro de Ensenada que se efectuó en los años centrales del siglo XVIII.

Es este un catastro en el pleno sentido de la palabra y como tal tiene su correspondiente contenido de datos de índole matemática como los modernos catastros; pero son lógicamente las matemáticas que en el siglo XVIII;se utilizaban en los pueblos y por los técnicos de la época.

En el siglo XVIII, hubo grandes matemáticos como Euler, Lagrange o los Bernouilli; pero en aquella época sus conocimientos difícilmente se hallaban al alcance de los vecinos de los pueblos mas diminutos. A mitad de siglos XVIII una gran parte (la mayoría) de los vecinos no debían saber ni leer ni escribir y por ello aún cuando tuviesen (que no tenían) acceso a bibliotecas esperar que fuesen capaces de resolver sencillos problemas de matemáticas era una quimera.

Al estudiar desde hace años el Catastro de Ensenada me di cuenta de que algo tan elemental como utilizar una cinta métrica para medir una finca era impensable. De modo insistente se decía en los diferentes pueblos que nunca habían visto medir las fincas y que su extensión se estimaba en base a criterios tan imprecisos como la cantidad de semilla empleada para su sembradura, el tiempo empleado en su laboreo (en el caso de las viñas),o la producción. Pero aunque los vecinos y comprensiblemente tuviesen pocos conocimientos de matemáticas; los responsables de elaborar aquel catastro,(curas, abogados y notarios si tenían cierta cultura); que sin embargo y por lo que vemos eran inferiores a los de un estudiante de primaria de nuestros días.

LA LONGITUD DE UNA CIRCUNFERENCIA

En el caso de San Facundo además aparece muy bien reflejada esta falta de conocimientos con un elocuente ejemplo. Al margen de otras consideraciones relativas a la extensión de un cuartal por ejemplo (del que decían que es una superficie de 26 x 60 varas) había una cuestión a la que debieron responder referente a la forma y dimensiones del término del lugar.

Respondieron que este tenía una longitud de Oriente a Poniente de medio cuarto de legua y otro tanto de Norte a Mediodía y que en circunferencia dos cuartos de legua. Además en el Catastro se inserta un croquis en el que dibujan este término de modo circular (ver imagen adjunta).

Pues bien estamos ante un problema de matemáticas que sin duda los alumnos aventajados de la escuela de Castropodame y porqué no también los de San Facundo de los años 60 del pasado siglo podrían haber resuelto con facilidad. Veamos.

Si tenemos una circunferencia de un diámetro de medio cuarto de legua es evidente que su radio será de la mitad esto es un octavo de legua. Ahora bien si el radio de la circunferencia es de un octavo de legua la longitud de esta circunferencia, es decir el contorno será el resultado de multiplicar el número Pi (3,1416) por dos y por el radio que es un octavo de legua. El resultado es evidente . La circunferencia han de ser 6,2832 octavos, es decir 6,2832 dividido entre 8. Pero dos cuartos de legua son cuatro octavos de legua esto es 4 dividido por 8. Luego los técnicos que elaboraron este catastro metieron la pata de modo evidente. Digo los técnicos porque este error es imputable sólo a ellos y no a los vecinos de San Facundo, que no tenían por norma general ocasión siquiera de ir a la escuela a aprender a leer y escribir ya que por aquella época sólo en Bembibre había una escuela en esa zona del Bierzo. Yo he analizado los datos del catastro de Ensenada referentes a mas de 20 poblaciones del entorno de Bembibre y entre los núcleos de población digamos de “segunda fila” sólo había escuela en dos: Molinaseca y San Miguel de la Dueñas. Pueblos grandes entonces como Albares por ejemplo no la tenían. Los pueblos de “primera fila” en esta parte del Bierzo, eran entonces sólo dos, Bembibre y Ponferrada. Así pues nada hay que reprochar a los vecinos de San Facundo de aquella época y lo que si cabe preguntarse es quienes eran las mentes cultas que se encargaron de dirigir la confección del Catastro y que no sabían hallar la longitud de una circunferencia. Pues en base a los datos del propio Catastro los siguientes. El responsable máximo era el Licenciado D. Juan Francisco Romero, abogado de los Reales Consejos y subdelegado por Su Majestad para la confección del catastro y que ostentaba el título de Regidor Perpetuo de la villa de Ponferrada (aunque creo que era vecino de Bembibre). Otro que también debería haber hecho la pertinente observación era el escribano (notario) D. Gerónimo Courel Álvarez y por último el señor cura D. Blas García que sin duda sabía leer y escribir y tenía ciertos estudios podía haberse dado cuenta del despiste, pero,…

El siglo XVIII, se ha llamado “El Siglo de las Luces”; pero estas tardaron bastante tiempo en llegar a los pueblos mas pequeños.

Rogelio Meléndez Tercero

 

 

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