A CIENCIA CIERTA / El complicado camino del agua subterránea

Ya se que aún existe una creencia generalizada según la cual el agua subterránea circula por el interior del terreno por cauces o “venas de agua” muy bien definidos; pero lamento decir que esto desde una perspectiva racional y científica es un disparate tan grande como decir que el río Ebro pasa por León.

En el ámbito de la Ciencias de la Tierra como ahora se llaman o Ciencias de la Naturaleza como hace años se llamaban se investiga, se analiza y se enseña como se acumula, como se mueve y como se localiza y extrae en su caso el agua subterránea.

La circulación del agua subterránea difiere y mucho de la circulación del agua en superficie. Este es el primer gran error que suele cometer el ciudadano corriente. La circulación del agua en el subsuelo, se parece bastante mas a la circulación del aire a través de las ramas de un bosque que a la circulación del agua de un arroyo. En general el agua subterránea, se mueve muchísimo menos que la de ríos y arroyos. Para entender como circula el agua subterránea, hay que tener primero bien claro entre otros conceptos el del gradiente hidráulico. Si no sabemos siquiera lo que es mal vamos.

Los caminos subterráneos de las partículas de agua, son tortuosos y cambiantes; motivo por el cual al realizar los cálculos físico-matemáticos necesarios e imprescindibles en cualquier estudio serio; se trabaja con datos que son el promedio de varias medidas. Incluso en un canal la velocidad del agua (aunque parezca extraño); no es la misma en los bordes y fondo del canal que en el centro.

Otro punto de enorme importancia que pasa completamente olvidado o ignorado por el publico en general, es que cuando se hace un pozo o un sondeo y se comienza a extraer agua subterránea, lo que realmente estamos haciendo es alterar y a veces en enorme medida las condiciones preexistentes de la circulación del agua en zonas más o menos extensas. El caudal de agua que se extrae de un pozo o un sondeo bombeando el agua acumulada en los mismos; no es en modo alguno el procedente de una “vena de agua” pre-existente. Es el resultado de modificar las condiciones de circulación del agua subterránea en zonas más o menos extensas. Esas modificaciones tienen lugar en una especie de embudo en cuyo centro se halla el punto de extracción. Es el llamado cono de descensos conocido y estudiado matemáticamente desde al menos el siglo XIX,…aunque parezca mentira. En realidad un pozo o sondeo lo que hacen no es captar una corriente de agua subterránea, si no modificar el trazado natural de un conjunto más o menos amplia de las existentes en un entorno más o menos amplio y así para dar lugar a la aparición de una nueva corriente de agua que es justamente la que se bombea.

Un sondeo realizado cerca de un río o de un arroyo puede afectar y mucho al caudal del río o arroyo. Asimismo está demostrado nítidamente que un sondeo lo suficiente profundo puede absorber el agua de una laguna cercana. Ya desde el siglo XIX es conocida, como he dicho, la existencia del cono de descensos o cono de depresión que se genera con la extracción de agua de un pozo o un sondeo. Es un zona en forma de embudo dentro de la cual el agua existente antes de hacer el pozo o sondeo; se verá afectada. Existen formulas físico-matemáticas (que nadie ha sido capaz de rebatir) que lo describen.

El caudal que puede suministrar un pozo o un sondeo depende de muchos factores; de las características del terreno, de las condiciones en que se halla el agua en el mismo y de las características del pozo o sondeo. A la hora de extraer agua del subsuelo lo que hemos de considerar es que el agua está impregnando el terreno en grandes extensiones. Del mismo modo que al vaciar un depósito de agua en función de la apertura del grifo podremos obtener más o menos caudal, al extraer agua subterránea y en función del tipo de bomba por ejemplo podremos extraer más o menos caudal. Lógicamente lo que no se puede es extraer más agua de la que previamente está acumulada en el subsuelo y /o de la que el propio subsuelo es capaz de reponer o aportar al punto de succión. Estas cantidades no son siempre las mismas.

El subsuelo en amplias zonas del mismo está impregnado en cantidades más o menos grandes de agua (depende entre otros factores de la porosidad del mismo) y se comporta como un almacén o depósito subterráneo de agua y nunca como una tubería o vena de agua por la que circula cierto caudal.

Para rebatir a todos aquellos que dicen que esto que yo expongo aquí (lo mismo que se enseña en cualquier centro de enseñanza de un país desarrollado); son sólo teorías que alguien tuvo a bien exponer en los libros y que a saber si son verdad o no puntualizo lo siguiente.

Lo que se explica en las universidades y otros centros de enseñanza son ideas indicadas hace siglos por personajes como Bernoulli (siglo XVIII) y Darcy (siglo XIX) entre otros muchos. Lo que estos individuos y otros muchos han explicado ha sido puesto a prueba en miles de ocasiones en todo el Mundo y hasta ahora,…nadie que yo sepa ha sido capaz de rebatir esas enseñanzas. Si cualquiera de los lectores de este artículo tiene argumentos y razones suficientes para rebatir a investigadores de conocido prestigio como los citados y otros mas; es que le ha tocado un premio gordo que sin duda le hará célebre y famoso en todo el Mundo. Ya me gustaría a mi demostrar que lo que miles de investigadores, ingenieros y otros técnicos han dado por bueno desde los siglo XVIII y XIX,…es un error. Pero “ no me caerá ésa breva”.

Por último y para que el ciudadano de a pie sepa “por donde van los tiros”; inserto acompañando a este texto, una parte, de una página, de unos apuntes del profesor D.F. Javier Sánchez San Román, de la Universidad de Salamanca. Estos apuntes son numerosas páginas, podrían constituir un libro y de hecho se han publicado muchos libros sobre Hidrogeología. Si el lector entiende o al menos “le suena de algo” lo que se lee en este gráfico,…es que está en condiciones de discutir sobre la búsqueda racional y científica del agua subterránea. De lo contrario lo que debe hacer es primeramente ponerse a estudiar física, matemáticas y geología; para poder al menos atisbar como se encuentra agua subterránea por métodos científicos.

Rogelio Meléndez Tercero

 

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