La Edar de Bembibre comienza a funcionar oficialmente para depurar las aguas del Boeza

La consejera, en primer término, a su llegada a la Edar
La consejera, en primer término, a su llegada a la Edar

La vicepresidenta primera y consejera de Medioambiente de la Junta de Castilla y León, María Jesús Ruíz, inauguró este lunes la Estación Depuradora de aguas Residuales (Edar). Este proyecto, valorado en 3.67 millones de euros, permitirá depositar los vertidos y aguas sucias en el río Boeza filtrando aquellos elementos residuales con un grado de eficacia tal que las aguas podrían volver a reutilizarse, pero para riego.

El cumplimiento de la Directiva Europea 91/271 en materia de depuración de aguas residuales en la provincia de León implica depurar a una población próxima a los 700.000 habitantes-equivalentes que residen en 29 aglomeraciones de población que superan el umbral de 2.000 habitantes-equivalentes, a la que se suman ahora dos nuevas plantas depuradoras: una en Vega de Espinareda y otra en Bembibre.

El concepto habitante-equivalente surge como agregación de la población residencial con la componente industrial y ganadera que tiene cada municipio, conforme a un listado actualizado que elabora periódicamente el Ministerio de Medio Ambiente.

La Edar de Bembibre se presentó como una forma de dar solución al problema de contaminación del río Boeza en el tramo comprendido entre Las Ventas de Albares y San Román. Los vertidos de las empresas mineras durante décadas y los vertidos de las industrias asentadas en Bembibre, unido a los residuos sólidos y líquidos de la población, dieron lugar a problemas evidentes y visibles de contaminación. La mortandad de peces en los 90 en el Boeza levantó la voz de alarma de un río desgastado en este tramo aunque sería luego esta directiva la que obligaría a las administraciones a garantizar una depuración de las aguas.

En el caso de Bembibre, sólo el núcleo principal de población y San Román de Bembibre vierten sus ‘aguas fecales’ al río Boeza, mientras las juntas vecinales restantes utilizan otros sistemas de vertido, bien en ríos o arroyos o incluso en fosas sépticas ubicadas en las inmediaciones de estas localidades. En esta línea, Viñales y Arlanza vierten sus aguas residuales al río Noceda, y Santibáñez y San Esteban del Toral hacen lo propio en el arroyo de Pradoluengo. Por su parte, la pedanía de Rodanillo deposita los residuos en pleno monte, junto a una zona de choperas en los límites de esta localidad.

Pero el proyecto de la Edar también se extendía a los municipios de Castropodame y Torre parcialmente. Por lo que a Castropodame se refiere, el tramo del Boeza que baña las localidades de Matachana y Viloria se verá beneficiado por la depuración y saneamiento de las aguas con la Edar, mientras que el resto de poblaciones menores, que agrupan a un sesenta por ciento de la población total, lo seguirán haciendo en fosas sépticas apartadas del núcleo principal por no disponer de otros sistemas de vertido de aguas, igual que ocurre en la pedanía bembibrense de Rodanillo. Sin embargo, en Castropodame llegó a existir  un proyecto de futuro que aún no se ha descartado para canalizar las aguas residuales de Turienzo y San Pedro hacia el tramo que se va a depurar del río Boeza a través de las localidades de Matachana y Viloria.

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