Michael Nyman

El compositor londinense Michael Nyman, al que sigo la pista musical desde aquellos gloriosos años ochenta -en aquel inolvidable Diálogos 3, en Radio 3, dirigido por Ramón Trecet-, es ahora noticia por el estreno en España, en concreto en Valladolid, de su sinfonía número 5, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Una lástima no poderlo escucharlo. Pero Nyman volverá de gira a nuestro país: Granada (ciudad que al parecer le apasiona, de aquí procede su musa Estrella Morente) y Madrid lo acogerán a finales de junio.

La primera vez que escuché a este músico, en radio 3, se me erizaron todos los vellos del alma. Es tal la fuerza de su música, que en concierto te sacude las entrañas y hasta te puede hacer saltar las lágrimas de emoción. Luego, pasado un tiempo, llegaría a verlo/escucharlo en vivo y en directo (con su banda, la Nyman Band) en Getxo, en compañía de mi amigo Javi. Una maravilla, aquel concierto. Y ya en los años 90, durante mi estancia en México, puede verlo y escucharlo en el Festival Cervantino de Guanajuato. Recuerdo verlo pasear, sosegado, por las calles de Guanajuato. Dicho sea de corrido, el Festival Cervantino se me hace magnífico. Y por allí han pasado y siguen pasando (imagino, porque hace tiempo que no estoy al tanto del mismo) extraordinarios artistas, tanto en lo musical como en lo teatral.

Aunque Nyman es sobre todo conocido por su banda sonora de El Piano, lo que le procuró un enorme éxito y fama internacional, uno recuerda con mucho cariño sus colaboraciones en las bandas sonoras de las pelis del cinesata británico Peter Greenaway (otro fenómeno): El vientre del arquitecto, Drowning by numbers, El contrato del dibujante, Zoo, El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante o Prospero’s Books.

El inventor del término minimalista, que tiene pinta de confesor (gafitas incluidas) y cuyas composiciones gozan de este estilo -a veces con toques rockeros, es un decir- y aun de la influencia de la música clásica: Mozart, Purcell… ha compuesto no sólo música para pelis, entre ellas Gattaca o Carrington, sino algunos cuartetos de cuerda y óperas como El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (The Man Who Mistook His Wife for a Hat), basada en una obra del neurólogo inglés Oliver Sacks, que versa sobre un músico que sufre una agnosia visual (prosopagnosia).

Grande, Nyman.

Manuel Cuenya

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