Psicodélicos menores…

…(Cannabis y derivados: Marihuana y hachís) o depresores del SNC. Existen ciertas dudas acerca de si el Cannabis y sus derivados (Marihuana y hachís) pueden ser considerados depresores del SNC, como el alcohol, aunque éstos suelen tener consecuencias menos graves que la llamada “droga” cotidiana, o bien los podemos meter en el saco de los psicodélicos menores o drogas visionarias de moderada o leve actuación.

En cualquier caso, los cannabinoides ejercen ambas funciones, y los efectos psicodélicos dependen sobre todo de la proporción existente entre los principios activos de éstos, véase THC o grifa (psicoactivo), CBN (relajante) y CBD (que contrarresta los efectos de los anteriores). Por ejemplo, cuando la marihuana se seca al sol, el THC se degrada y entonces sus efectos son más calmantes que eufóricos.

Los cannabinoides o derivados de la Cannabis Sativa (véase Marihuana) se están convirtiendo en verdaderos revulsivos en la medicina o psiquiatría moderna debido a que se están empleando en enfermedades degenerativas, como la esclerosis múltiple, el Alzheimer, incluso para inhibir las náuseas y vómitos en pacientes de Sida y cáncer, con buenos resultados.

También los cannabinoides sintéticos, como Sativex, se usan para aliviar los dolores que provoca la esclerosis múltiple.

Se conocen varios cannabinoides sintéticos como Marinol, que estimula el apetito, Rimonabant, que se emplea para dejar de fumar, etc.

El THC es la principal sustancia psicoactiva de la Cannabis sativa y funciona como euforizante. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Imita la Anandamina (AEA), que es un neurotransmisor y/o cannabinoide endógeno.

En cambio, el CBD no es una sustancia psicoactiva y funciona como relajante que alivia la ansiedad e inhibe el crecimiento de células cancerígenas. También puede servir para tratar a artríticos, a pacientes con osteoporosis. Y se emplea como antipsicótico atípico en casos de esquizofrenia.

En cuanto al CBN, es una sustancia psicoactiva leve que parece contrarrestar los efectos del THC y el CBD.

Como las sustancias psicotrópicas exógenas suelen tener sus equivalentes u homólogos en las endógenas, los investigadores descubrieron, hace ya unos años, que nuestro organismo segrega cannabinoides, como la 2-AG y la Anandamina (AEA), entre otras, que son lógicamente neurotransmisores que imitan los efectos de los psicoactivos de la Cannabis. Aparte de encontrarse en nuestro cuerpo, la AEA se halla asimismo en el cacao, sobre todo en el fermentado, en el chocolate, en los erizos de mar, en huevas desecadas de peces, en ácidos grasos, etc.

La Cannabis sativa o cáñamo cultivado (“fuente de felicidad y de vida”) es una especie de herbácea, originaria de la cordillera del Himalaya, con múltiples variedades e híbridos, con propiedades psicoactivas. Puede tener tanto una aplicación textil, y aun alimentaria (en forma de tartas y bollos), y por supuesto se emplea como droga, bajo los nombres de marihuana o maría, que es el cogollo o hachís, que es la resina.

La Cannabis tiene varias aplicaciones médicas, tanto para combatir el asma como el insomnio, dolores neuromusculares y hasta en enfermos de cáncer que reciben “quimio”. Desde tiempos ha servido para hacer entrar en trance a fakires, chamanes, derviches… Qué maravilla la danza de los derviches giróvagos girando como peonzas bajo un estado de pura psicodélica mística.
 

*El hachís (cuyo término proviene del árabe) es una sustancia psicoactiva, de aspecto sólido y marronáceo, derivada del cannabis, que se suele fumar en forma de “porro” o kif, o bien en pipas de agua, también conocidas en el mundo árabe como narguiles o cachimbas. Se da sobre todo en el Rif marroquí, y aun en otros países como Afganistán, India, etc. Sólo Marruecos abastece a toda Europa.

Si bien el hachís no genera dependencia física en dosis moderadas, sí crea dependencia psicológica y síndrome de abstinencia, que incluye cuadros de ansiedad, alucinaciones, vómitos, temblores e insomnio en consumidores crónicos.

Sus efectos, harto subjetivos, varían dependiendo de las expectativas del consumidor, de la concentración del principio activo y del ambiente en que esta sustancia sea consumida. Se trata, como dije, de una droga depresora del SNC, aunque también puede ser euforizante y visionaria.
 

*La marihuana, por su parte, alivia la tensión y produce una sensación de bienestar. Sus efectos son controvertidos, y van desde la desinhibición, con la consiguiente hilaridad, hasta el silencio y amodorramiento. Los consumidores crónicos pueden experimentar síntomas como alucinaciones y delirios, propios de psicosis y esquizofrenias. Provoca apatía, pasotismo, pérdida de memoria, etc. Y puede ser un estimulante del apetito, que ayuda en casos de anorexia, y a su vez un relajante.

En Países como Holanda o Canadá, por ejemplo, se permite la venta de Cannabis y derivados en los conocidos coffeeshops, que son toda una institución, y donde por cierto no se vende alcohol, vaya paradoja. En Amsterdam hay un Museo de la Marihuana, en el Barrio Rojo, para más señas.
 

Otros psicodélicos Menores, la píldora del amor (MDA) y Éxtasis (MDMA)
 
Drogas visionarias y estimulantes -como el éxtasis o MDMA o M y su precursora la MDA de la contracultura norteamericana de los años setenta-, que se sintetizan a partir de alcaloides presentes en la nuez moscada y en simientes de cálamo, y ambas con efectos similares.
 

a) El éxtasis (MDMA) es una droga sintética de principios del siglo XX, de sabor amargo, vendido por lo general en forma de pastillas, que funciona también como estimulante, produciendo una sensación de bienestar general y euforia.

El éxtasis está íntimamente relacionado con la serotonina, aunque también y en menor medida con la noradrenalina y la dopamina.

Entre sus “subidones”, derivados de esta liberación de serotonina, están la apertura afectiva y empatía con el otro/a, dilatación de las pupilas, ausencia de sed y por ende deshidratación, que se potencia cuando se combina con alcohol, aumento de la temperatura corporal, hipertensión, taquicardia.

Dosis altas o varias dosis en poco tiempo, como a menudo les gusta hacer a los pastilleros de fines de semana, producen estados depresivos, porque baja el nivel de serotonina, algo que los consumidores suelen paliar con un antidepresivo como el prozac.

b) La MDA, conocida como la píldora del amor o anfetamina para amantes, es la precursora del éxtasis y la droga por excelencia de la contracultura norteamericana de los años setenta. Se vende en pastillas en el mercado negro, con la consiguiente adulteración con talco, aspirina molida… Entre sus efectos, al igual que el éxtasis, cabe destacar que intensifica la empatía, dilata las pupilas, provoca sudoración, disminuye el ritmo respiratorio y actúa como inhibidor orgásmico.

En la próxima entrega, le toca le turno a los psicodélicos mayores o de alta potencia.

Manuel Cuenya

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