Psicodélicos de alta potencia…

…LSD, Ergina o LSA, mescalina, entre otras

La o el LSD (dietilamida o LSD-25), así se conoce al ácido lisérgico o ácido, es una potente sustancia psicodélica y semisintética -sintetizada a partir de los alcaloides del cornezuelo de centeno-, incluso en pequeñas dosis, tomadas o inyectadas. Es el más poderoso entre los psicodélicos Mayores, aunque no causa dependencia física ni resulta tóxico (sí provoca dependencia psicológica).

Muy popular entre la “peña” de la contracultura de los años sesenta, esta droga tuvo variados usos, tanto para entrar en trance de un modo creativo y/o recreativo y aun válido para la psicoterapia (aunque contraindicado en pacientes psicóticos). En la actualidad, se está poniendo de nuevo en valor como analgésico para calmar la angustia de los enfermos terminales de cáncer.

Los efectos psíquicos de la LSD son muy variables y dependen de la pureza y cantidad consumida, el entorno, la personalidad, estado de ánimo y las expectativas del consumidor. Mientras algunos experimentan sensaciones de euforia, otros viven experiencias amenazadoras o terroríficas, con accesos de pánico o “malos viajes”. A veces, el ácido aumenta la ansiedad mientras que en otros casos, baja los niveles de ansiedad. Incluso puede ocasionar paranoia, experiencias místicas. Asimismo, suele procurar una mayor sensibilidad a los estímulos sonoros y visuales, distorsiones visuales del propio yo, desdoblamiento, alucinaciones de todo tipo; sinestesia, flashback (vuelta a revivir la experiencia sin una nueva ingesta), alteración de la percepción del tiempo y del espacio, confusión de pensamiento. Como les ocurre a los psicóticos y esquizofrénicos.

La LSD afecta sobre todo los receptores de la serotonina (con la que muestra analogías estructurales, a la que se le atribuyen influencias sobre el sueño, los estados de ánimo, etc.), la cual funciona de modo anómalo en los esquizofrénicos y quienes padecen autismo infantil.
Y entre sus efectos fisiológicos se encuentran, entre otros, fiebre, aumento de la frecuencia cardíaca, transpiración, dilatación de pupilas, insomnio, temblores.

b) Ergina o LSA: A diferencia de su dietilamida, la amida del ácido lisérgico o ergina es el principio activo de muchas trepadoras (campanillas, campánulas). Sólo las semillas de algunas poseen una concentración alta del alcaloide. La amida del ácido lisérgico se encuentra también en el hongo llamado cornezuelo o ergot, y puede obtenerse con un procedimiento sencillo, que es pasar las gavillas de cereal parasitado por agua; los alcaloides venenosos del cornezuelo no son hidrosolubles y quedan adheridos a él, mientras otros (entre ellos la ergina) se disuelven en el agua. La ergina ha sido la droga medicinal y sacramental en la América precolombina, conocida con el nombre de ololiuhqui. Esta «comunión con el diablo» la siguen realizando actualmente en Oaxaca chamanes zapotecas y de otras tribus. Posee, además de poder visionario, una gran eficacia como sedante.

c) Mescalina: La mescalina es un alcaloide de origen vegetal con propiedades psicodélicas y alucinógenas, que se encuentra en el peyote o botón de mescal (del náhuatl peyotl o pequeño cactus sin espinas, que se encuentra en Texas, Nuevo México y en México) y en otras cactáceas como el San Pedro. Y que los indígenas americanos han empleado sobre todo en ceremoniales religiosos para entrar en contacto con su divinidad: el propio peyote, como es el caso, por ejemplo, de los Tarahumara (a los que Artaud les dedica todo un libro) o bien de los huichol o huicholes.

La mescalina está emparentada estructuralmente con la noradrenalina o norepinefrina, a la que se atribuyen funciones decisivas en el mantenimiento de la vigilia, la regulación del humor y el mecanismo cerebral de gratificación.
Sus efectos, al igual que ocurre con el ácido lisérgico (LSD), varían en función del estado de ánimo, las expectativas y el entorno del consumidor, y van desde visiones espectaculares y alucinaciones hasta distorsiones espacio-temporales y aun alteraciones corporales.
Su deslumbrante capacidad para suscitar visiones, también logra producir las más fantásticas mezclas de forma y color. Tras una primera fase -que suele ser de euforia- sobreviene un período de serenidad mental y meditación.
No obstante, conviene señalar que el consumidor también puede sufrir “malos viajes” con accesos de pánico en su excursión psíquica por mundos insospechados, que pueden ser parados casi en seco con tranquilizantes, sobre todo con Benzodiacepinas.

 

Otras drogas visionarias Mayores

Vayamos con algunas otras sustancias visionarias Mayores, como los hongos alucinógenos u hongos psilocibios, cuyas sustancias, como la psilocibina o la psilocina, procuran viajes piscodélicos similares al LSD, aunque más breves.

*La Psilocibina es un alcaloide psicodélico que se encuentra sobre todo en el hongo Psilocybe. Y la psilocina es a su vez un alcaloide derivado de la psilocibina.

*La ibogaína es un alcaloide alucinógeno, que se obtiene de un arbusto africano, del Congo y Gabón, aunque también resulta hipnótico y afrodisiaco, que estimula el SNC con efecto parecido al de las anfetaminas.
En altas dosis provoca alucinaciones, de ahí su uso en ritos religioso. Puede ser usado en el tratamiento de los dependientes de opiáceos y cocaína.
*Entre las sustancias sintéticas, más o menos recientes, hay muchísimas porque se están constantemente investigando en los laboratorios.
Hace ya algo más de medio siglo surgió la DMT (diemetriltriptamina). Conocida también como trip o viaje del ejecutivo, es un alcaloide con olor a
naftalina presente en diversos géneros de plantas desde la Acacia o la Mimosa hasta la ayahuasca*.

Puede decirse que la DMT es un psicodélico muy potente y principio activo de la ayahuasca.

Incluso se produce en pequeñas cantidades en el organismo humano, cuando se sueña y se tienen experiencias cercanas a la muerte, por tanto, puede considerarse como neurotransmisor.

Difícil de conseguir en el mercado negro, ya que resulta cara tanto su síntesis como la manera de adulterarla. Suele esnifarse aunque también puede inyectarse. Tiene un efecto inmediato y “atómico”, un subidón breve pero intenso. Interrumpe la recaptación de serotonina provocando cambios en la percepción, visiones fantásticas, acompañadas por la sensación de viajar a otro universo de un modo intemporal y una sensación de que los objetos han perdido la forma y se están desintegrando. Puede provocar estados paranoides, ansiedad y pánico, aparte de dilatar las pupilas, aumentar el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.

*Ayahuasca (soga de muerto) o yagé o yajé: liana que contiene antidepresivos o inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) y, también, otras plantas que contienen (IMAO) como la ruda en sustitución de la liana.
Se emplea en infusiones y como brebaje en rituales médicos y/o religiosos y en la medicina tradicional de los pueblos nativos amazónicos. Se le atribuyen propiedades telepáticas. La ayahuasca contiene un alcaloide activo visionario (DMT).

La ayahuasca ha mostrado ser una terapia muy efectiva en el tratamiento de la depresión y la ansiedad así como los problemas de personalidad y la esquizofrenia.

*Fenciclidina (PCP, polvo de ángel o píldora de la paz).
Sustancia disociativa usada como anestésico quirúrgico que posee efectos alucinógenos y neurotóxicos. En polvo blanco o líquida, a veces se consume con éxtasis (Elephant flipping). Provoca deterioro cognitivo, abulia, apatía o síntomas esquizofrénicos: alucinaciones, paranoia, pensamiento desordenado.

*Ketamina (polvo K), que se emplea como analgésico y anestésico. Es un derivado del polvo de ángel.
Y es usada por los veterinarios con animales. Es una droga sintetizada en los sesenta, perteneciente al grupo de las sustancias disociativas, que se esnifa y también puede inyectarse. Al igual que sucede con las benzodiacepinas, la ketamina tiene dos modos de acción diversos, dependiendo de las cantidades consumidas. En dosis altas produce anestesia, pero en dosis bajas o muy bajas induce a experiencias visionarias muy intensas, durante una o dos horas, que pueden oscilar entre lo beatífico y lo terrorífico.

*DXM o DM (dextrometorfano) es una droga disociativa que actúa sobre el SNC para inhibir la tos. No produce adicción física aunque sí puede provocar una leve adicción psicológica En grandes dosis causa alucinaciones, aparte de visión borrosa, sueño o mareo, náuseas, etc.

*La TMA es otra sustancia sintética, descubierta en los sesenta, con gran poder alucinógeno. Sus efectos se parecen a los de mescalina o LSD. El principal inconveniente de la TMA es que genera casi siempre náuseas al comienzo de la experiencia.

*La DOM o STP (Serenity, Tranquility, Peace o Super Terrific Psychedelic), otra sustancia sintética, descubierta en los sesenta, es más intensa y duradera que el LSD. En altas dosis altas se logra un viaje psíquico excepcional, que puede durar hasta 24 horas, o sea, un día entero. En dosis leves, los efectos se notan a las tres o cuatro horas. Entre sus efectos están fases de terror, episodios paranoicos y otros trastornos psicóticos, que no resulta fácil tratar con neurolépticos, los cuales pueden incluso llegar a ser contraproducentes.

*2-CB (abreviatura de la 4-bromo-2,5-dimetoxifenetilamina) es otra droga de diseño que data de comienzos de los setenta. Conocida como Venus o Nexus, resulta sencilla y barata de elaborar. Procura viajes semejantes a los de STP, aunque mucho más breves. Y está emparentada con el Éxtasis y sus análogos en cuanto a entrar en contacto “amoroso” con el “otro”. Abre a la vez las puertas de la percepción y del corazón, y resulta “afrodisíaca”. La 2-CB se potencia en combinación con el Éxtasis y sus análogos.

*La 5-Meo-DIPT. Esta sustancia supera con creces a la 2-CB como afrodisíaco.

*Salvinorina-A -de la Salvia divinorum o hierba de los dioses, usada por los chamanes oaxaqueños (México) en sus rituales- es una droga visionaria tan activa como el o la LSD, aislada por primera vez en 1994. En dosis elevadas de salvinorina-A, se aniquila el concepto espacio-tiempo, procurando tanto buenos como malos viajes. Existe también la Salvinorina B (que no es psicoactiva) y la C, que potencia los efectos de la A.

En el próximo artículo, hablaremos de las drogas visionarias clásicas como la atropina.

Manuel Cuenya

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