Perejil de mayo, perejil para todo el año (I)

Pancracio  -permítaseme que cuente una anécdota-   era un niño turco que tuvo la suerte de ser decapitado cuando tenía catorce años en tiempos de Diocleciano y, por ello, fue elevado a la dignidad de los altares. Se perdió toda una vida, pero ganó la aureola de santo.

No se sabe por qué, con el tiempo, Pancracio  -nombre que significa “poderoso”-   ha ido ganando fama de dar suerte y dinero a todos los que lo invocan, siempre que coloquen un ramito de perejil a los pies de su imagen.  Hay algunas condiciones, dependiendo de lo que se le pida y cómo se coloque  el perejil y, además, la imagen del santo debe mirar hacia un lado o hacia otro. En esto no hay acuerdo y  quizás, por ello, yo nunca acerté una quiniela de catorce aunque, a fuer de sincero, tengo que decir que, la única vez que  la acerté, también la acertaron otros catorce mil quinielistas  O sea, nada de nada. Pienso que cuando puse el perejil a los pies del santo, lo hice sin fe . Sin embargo, sigo insistiendo.

Pero dejémonos de anécdotas y digamos,  con el refranero en la mano, que el perejil de Mayo es perejil para todo el año. O sea, que si lo siembras en Mayo, tendrás perejil para doce meses.

Y los expertos en perejil, que es a quienes debemos hacer caso, afirman que es una planta necesaria en cualquier comida aunque deben abstenerse de ella los sanguíneos porque no es conveniente para su salud y, sin embargo, las personas  de temperamento linfático o nervioso, pueden comerla en cualquier guiso.

Los eruditos  -botánicos, curanderos, saludadores o médicos naturistas-  dicen que el perejil purifica la sangre y puede interrumpir, aplicado como cataplasma, la secreción láctea en las mujeres que acaban de dar a luz y yo algo he oído sobre esto.

Randoin, famoso dieteta, escribe sobre el perejil que es un alimento excepcional: tónico, antirraquítico, antianémico, antiescorbútico, antixeroftálmico y es considerado como uno de los alimentos más importantes que la naturaleza ha puesto generosamente a disposición de la especie humana.

Y añade. “Va bien con las legumbres, las ensaladas, las tortillas, las sopas y hasta con los emparedados porque hace apetitosos los alimentos más insípidos”.

Y concluye. “Córtense dos rebanadas de pan y úntense con una crema compuesta de perejil picado, ajo y mantequilla. No se necesita más aunque, para que el perejil conserve su color verde al utilizarlo como guarnición de un plato hay que freírlo unos segundos en aceite muy caliente”.

Los gastrónomos no podemos olvidar la famosa salsa verde cuya receta traigoaquí: “Macháquese en un almirez  -en mi casa hay uno de metal que no usamos-   dos cebollas, un ramito de perejil cocido, una miga de pan mojada en vinagre y, si se quiere, ajo, anchoas, pimienta picante y alcaparras y fórmese una pasta fina, alargada con agua, salpiméntese y pásese por el pasapuré. Después, en una sartén y en buen aceite, aunque no muy abundante, fríanse dos ajos. Cuando estén en su punto, sepárense y mézclese la salsa con el aceite haciendo cocer la mezcla durante unos minutos”.

Esta salsa -como dice Randoin-  hace apetitosa los alimentos más insípidos.

 

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