Sopa de ganso para abrir los Ciclos de Cine

El ciclo de cine organizado por el Ayuntamiento de Bembibre y dedicado a los Hermanos Marx, se abre con la proyección de la película Sopa de Ganso, una de las más destacadas de su filmografía. Será este martes a las 20.00 horas en el salón de actos de La Cassa de las Culturas. Les dejamos a continución con un ameno e ilustrativo artículo de Manuel Cuenya, coordinador de los Ciclos de Cine, sobre esta interesate película que no deberían perderse.

 

Dicho así, Sopa de ganso, suena a guasa, a tomadura de pelo. Sin embargo, el título original de esta extraordinaria peli, protagonizada por los Hermanos Marx, aun siendo éstos unos auténticos guasones, no puede ni debe traducirse literalmente del inglés al castellano, porque Duck Soup -su título en versión original-, hace referencia a un juego de palabras, que en nuestra lengua equivale a la expresión: es pan comido, es decir es fácil. No obstante, y mientras aparecen los títulos de crédito al inicio de la peli, vemos a unos gansos «echándose unos largos», es un decir, en una olla con agua o sopa.

Una obra en estado de gracia, Duck Soup, en la que los Marx se emplearon a fondo en su labor interpretativa, realizando todo tipo de piruetas humorísticas y gags antológicos, tanto visuales como verbales, estos últimos hechos con diálogos cargados de ironía y dobles sentidos, con una trama propia de la época (1933), en la que vemos a dos países vecinos e imaginarios de Europa enfrentados, a saber Freedonia y Sylvania.

Entre sus inolvidables escenas sobresalen la del espejo inexistente -Harpo, vestido en camisón de dormir como si fuera Groucho, intenta convencerlo de que es su propia imagen reflejada en un espejo inexistente-, las gamberradas de Harpo y Chico con el vendedor de limonada, la del sidecar, la de Harpo durmiendo en la cama con un caballo (puro surrealismo buñuelesco), la recepción de Groucho como un salvador, o la batalla final,  entre otras. «Es la guerra».

La desternillante escena del espejo, aparte de ser un excelente ejercicio teatral, aparece también en una peli anterior de Chaplin, y en otra del cómico Max Linder.

Conviene recordar que, en este período, Mussolini está gobernando Italia, y Hitler acaba de hacerse con las mieles del poder. Una época convulsa, con la Depresión, la crisis económica, como signo demoledor (parece que hubiéramos vuelto a las andadas).

Es como si los hermanos Marx presagiaran una nueva guerra. No en balde, Mussolini prohibió esta peli en su país por considerarla como un insulto hacia su persona. Sopa de ganso, concebida como una sátira política, también acaba influyendo en  El gran dictador, de Chaplin.

Sopa de ganso es un magnífico disparate impregnado de bufonadas con violencia física (slapstick, que dicen los anglosajones) -pues los Marx gozaron de absoluta libertad en el rodaje al servicio de la Paramount- que arremete contra las dictaduras, la guerra, la política y los tiranos, mostrándonos a un personaje elegido a dedo como gobernante de un extraño país, Freedonia, cuyas riquezas, en su mayor parte, corresponden a la sufrida Señora Teasdale, o sea, la actriz Dumont, que aguanta con estoicismo todas las burlas de su querido Rufus/Groucho, cuyo secretario es su hermano Zeppo. 

Este curioso y visceral mandatario, que no tiene ni pajolera idea de gobernar, está encarnado por Groucho (Rufus Firefly), que se define como personaje en esta ingeniosa frase: “Este informe lo entendería hasta un niño de cuatro años, traiga a un niño de cuatro años porque no entiendo nada”. En el fondo, se trata de un crápula y vivalavirgen que pretende engatusar a la viuda Teasdale, que por otro lado le ha permitido su ascenso al poder. Asimismo, destacan sus hermanos, Harpo/Pinky y Chicolini, dos cabroncetes corruptos que se venden como espías al mejor postor. Personajes, todos ellos, que nunca adivinamos, como espectadores, por dónde nos van a salir o atizar/cortar con las tijeras (como hace el mudo Pinky/Harpo). Dirigida por un solvente Leo MacCarey, que ya había trabajado con los cómicos Laurel y Hardy (el Gordo y el Flaco), logró que los Marx se hicieran famosos, y que se convirtieran en una referencia indiscutible del cine a nivel internacional.

Esta peli cuenta con una bella foto en blanco y negro, con colores negros intensos, blancos brillantes y una amplia gama de grises. También brilla por su estupendo guión, en el que destacan sus diálogos, hechos a medida para sus protas. Mantiene un ritmo frenético, trepidante, desde principio a fin, que incluye algunos números musicales muy bien resueltos (aunque ni Harpo ni Chico tocan sus respectivos instrumentos, sólo Harpo hace ademanes de acariciar por instantes el piano como si fuera un arpa). Asimismo, introducen algunos trucos visuales excelentes, como el perro que sale del tatuaje de Harpo. Y el final guerrero resulta alocado.

Una joya del cine clásico, Sopa de ganso, hecha con gran libertad creativa, aunque en su día no gozara del éxito que se merece. No obstante, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las mejores comedias de toda la historia del cine, siendo reconocida por el American Film Institute entre las 100 mejores y seleccionada para su conservación.

*Como curiosidad, cabe decir que la imagen que aparece como Sylvania corresponde al pueblo granadino de Loja.

Manuel Cuenya

 

 

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