Lo que mal empieza mal acaba. Así se podría resumir la aciaga tarde del Atlético Bembibre en Aranda, donde sufrió una dolorosa derrota (7-0), en un partido que se le puso cuesta arriba desde el primer momento. Y es que Rubiato abría ya el marcador para los burgaleses en el minuto 3, tras una jugada que se inició con un balón en profundidad que desarboló a la defensa rojiblanca. Y para colmo de males, solo cinco minutos más tarde, Espi veía la tarjeta roja por una falta en la frontal cuando era el último defensor.
El partido no había hecho más que empezar pero ya estaba prácticamente decidido. De hecho salvo un cabezazo de Coco, que detuvo Carmona sin problemas en el primer minuto, al rematar un saque de falta lateral, los bercianos no volvieron a inquietar la portería burgalesa.
La sentencia no tardó en llegar. Se cumplía el cuarto de hora cuando Adeva anotaba el segundo en un saque de esquina. Y aunque no es fácil que el Atlético Bembibre baje los brazos, en esta ocasión la sensación de impotencia ante un marcador desfavorable, jugando en inferioridad numérica prácticamente desde el comienzo, debió causar mella en la joven escuadra rojiblanca, que hoy alineaba a dos juveniles en el once titular.
El tercero llegó antes del descanso, y el cuarto en el inicio de la segunda parte. El Atlético Bembibre había bajado por completo los brazos y recibió otros dos goles más antes del primer cuarto. Adeva, que anotó el séptimo, fue el encargado de cerrar la cuenta goleadora de una Arandina que acumula ya ocho jornadas consecutivas ganando y sin recibir ni un solo tanto, imparable en busca de la fase de ascenso.
Al Atlético Bembibre no le queda más remedio que hacer borrón y cuenta nueva, olvidarse del resultado y poner todos los sentidos en el importante partido que tiene la próxima jornada en La Devesa frente al San José, el colista del grupo, que intentará apurar también sus últimas opciones para salir de los puestos de descenso y no les pondrá las cosas nada fáciles a los de Fernando Ministro.
Foto: Atlético Bembibre
