Transcripción literal del comunicado de prensa del Grupo Municipal Socialista de Bembibre
Otero no deja títere con cabeza. Si hace unos días denunciábamos su trapicheo con las entradas del Festival del Botillo en beneficio de sus allegados y futuros votantes, ahora tenemos que dar cuenta de varias multas de tráfico, impuestas por la Policía Local de Bembibre, a las que Otero, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, les ha pasado la guadaña para quedar bien con los infractores a costa del erario municipal y, de paso, desautorizar a los agentes, que no contaron con que los infractores fueran de la cuerda del alcalde.
Son denuncias por circulación o estacionamiento prohibido en las que los denunciados alegan toda clase de disculpas, que desbaratan los policías, y así quedan ratificadas por los agentes para hacer efectivas las correspondientes sanciones. Sin embargo, en estos casos, la sanción no ha llegado a producirse porque el alcalde, vistos los datos obrantes en los expedientes, resuelve “archivarlos y dar instrucciones al instructor para finiquitar todas las actuaciones”.
Otero maneja el Ayuntamiento como si fuera su cortijo y, dependiendo de ser o no amigo suyo, en Bembibre se pagan o no se pagan las multas, y luego va él por ahí presumiendo de ser el alcalde más transparente y más cercano a los vecinos que haya habido nunca. A veces, por cierto, no hace falta ser ni vecino, basta con ser compañero del Partido Popular y tener una empresa artesana, que es uno de los ejemplos de lo que comentamos.
Otero, que ya está investigado por prevaricación en el caso Clece, no tiene inconveniente alguno en aumentar su carga delictiva en cuanto le surge la menor oportunidad, por ignorancia o por mala fe o por ambas cosas. Al final, el Partido Popular de Bembibre padece los mismos males que cualquier otro Partido Popular y a Otero se le recordará por haber sido el alcalde más inoperante y más nefasto que jamás haya tenido Bembibre.
