Son rumores, son rumores

Tomás Vega Moralejo

La rumorología tenía las patas relativamente cortas: con la misma velocidad que se generaba un rumor que sembraba la confusión, se podía diseminar la verdad cuando se confirmaba éste positiva o negativamente… y solía llegar al menos a los interesados.

Dicen que eso es especialmente odioso en los pueblos, por aquello de conocerse todo el mundo, pero a mí me parece que tenemos una ventaja y es que por eso mismo los rumores tienen las horas o los días contados… mientras que en una población grande, ciertos rumores pueden seguir circulando mucho tiempo entre quienes hayan oído la mentira y no la corrección de ésta.

Por mi oído de camarero han pasado rumores falsos incluso de muertes de personas amigas… rumores que es bueno poner en cuarentena sobre todo cuando empiezan por un laxo «dicen que…» sin certeza, porque solo con preguntar a otra persona «¿Sabes si es verdad que…?» se está echando leña al rumor.

El fenómeno se las trae de palabra, pero ahora está de fiesta con el éxito de las redes sociales… amenazando con poner fin a la era de la información propiciada por internet y cambiarla por la era de la desinformación:

Generadores automáticos de noticias falsas, como mediamass.net, que por ejemplo a partir de una búsqueda sobre un famoso crea automáticamente todo tipo de noticias en torno a éste incluyendo su muerte, y ¡Ojo! que lo hace incluso con datos correctos de edad, éxitos, etc..

Generadores personalizables de noticias falsas, para que se la demos con queso a los colegas con lo que se nos ocurra.

Y auténticas Web dedicadas a crear noticias falsas a conciencia… algunas al menos con mucha gracia como elmundotoday.com

La confusión es inevitable, y muchos incautos comparten esas noticias en Facebook y otros sitios.

Imagino que ocurrirá como con las modas de difundir mentiras por email o Whatsapp, de las que la gente va desconfiando aunque hay personas supersticiosas para las que sigue siendo irresistible una coletilla del estilo «comparte o tendrás una desgracia» o » dale me gusta si quieres que te acompañe la buena suerte».

Pero, por favor, sed más cautos… el asunto ahora está tan efervescente que hasta le han colado alguna a medios de comunicación serios… pero antes de compartir, y antes de dar crédito a las noticias de las redes sociales y hasta a las de palabra, echad un vistazo a elpais.com, elmundo.es o el medio serio que queráis… o estaréis haciendo el ridículo o participando del dudoso honor de engañar a la gente.
 

Tomás Vega Moralejo

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