La violeta

Junto con Una gota de rocío, este es el poema más conocido y popular de Gil, su obra maestra, de la que Gullón dice: “En

A Espronceda

“Lucero milagroso, águila hermosa”: Espronceda fue para Enrique Gil más que un amigo, valedor y correligionario político; lo fue todo. Le abrió las puertas del

El ruiseñor y la rosa

Es este un poema largo –casi doscientos versos– que parece traído del romancero medieval: Enrique Gil escoge unas redondillas de pie quebrado para un ameno

El misterioso valle de Agadán

En su camino desde Madrid hasta Berlín, el recién nombrado Secretario de Legación en Prusia, don Enrique Gil y Carrasco, más conocido entre nosotros como

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