Los independentistas se van a poner de acuerdo para gobernar, porque el independentismo es una cuestión de fe y por fe hay gente que hasta se inmola; da igual la sanidad y todo lo demás.
Pero aunque fallara algo y el gobierno catalán quedara por ejemplo en manos de Ciudadanos, da igual ya.
…porque con poco ruido pero muchas nueces en Cataluña han hecho las cosas muy astutamente desde hace décadas, con paciencia… como tiene que ser: desde la educación. De modo que a estas alturas al independentismo le queda poco para ganar en votos al constitucionalismo, y la mayoría de las personas que se van incorporando a la edad de votar engrosarán las hordas independentistas.
Da igual ya también cambiar la absolutamente mejorable ley electoral (aunque debieran de una p vez). De modo que no hay vuelta atrás, porque además la fe mueve montañas y estas personas se movilizan y organizan (otra de las claves) mucho más que las que se preguntan porqué simplemente no pueden seguir con sus vidas como hasta ahora.
Bueno… hay una solución, pero es precisamente lo contrario de una vuelta atrás: es dejar que se independicen, y en unos pocos años podemos apostar a que volverán rogando.
Lo malo es que pagarán justos por pecadores, pero es que de cualquier modo el camino hacia la independencia está hecho y lo que está pasando ahora no es más que la última resistencia.
Todo lo malo que pase entretanto en Cataluña, como los miles de empresas que se les han ido (algunas incluso físicamente), lo venderán los independentistas como que es culpa de España… como llevan haciendo tantos años: lo malo, culpa de España; lo bueno, gracias al catalanismo.
Y si se aplica un 155 de verdad, esperan revueltas, porque con los sentimientos no se juega ¿A que no?
Así que hay que dejar que se independicen y pasen unos añines, para que cuando vean que del independentismo no se come ni se vive mejor, la culpa no se la puedan echar a España… y entonces ya nos querrán.
Tomás Vega Moralejo
