Nicanor García invita a la población a disfrutar de las fiestas con un pregón que mira al Bembibre de su infancia y juventud

Cano García se convirtió en el “figurante en la historia que el pregón va desgranando”, y lo hizo con un discurso que marcó el inicio de las fiestas del Cristo de Bembibre. Un “figurante afortunado”, cronista de la historia que le ha tocado vivir, con más motivo en su condición de comunicador a través de la emisora de radio FM Bierzo, que también estuvo presente en un discurso que repasó, a través de la palabra del pregonero, los momentos más representativos de Nicanor García Ordiz en el Bembibre que conoció y que ha ido cambiando con el paso de los años.

“Gracias a la palabra escrita soy un hacedor de historias, narrador, autor de cuentos, crónicas, fábulas y novelas, y creador de emociones con la palabra de mi poesía”, destacó. Unas palabras que sirven para “exteriorizar lo que me nace dentro, en el fondo de mi ser, en mi alma”.

Y no puede faltar en cualquier discurso que se precie una mirada hacia atrás en el tiempo, íntima y personal, desde el punto de vista del pregonero. Con “el asombro de la inocencia de cuando éramos niños y recorríamos ilusionados y admirados las calles engalanadas de un Bembibre que bullía en sus fiestas”. Cuando “una juventud vestida para la celebración, elegante de anchos futuros, llena de mariposas en la sangre, de atrevimiento para desafiar unos labios, una mirada cómplice y sensual, y vivir la dulzura de la piel hasta hacerla cúmulo de caricias”, relató el pregonero.

“Aquel Bembibre que vivía sus fiestas del Cristo con la alborozada alegría de quien le aguarda un porvenir sin más preocupación que la de ser feliz. Como si lo realmente imprescindible fuese vivir para celebrar la vida. El Bembibre en fiestas que se echaba a las calles, a las plazas, desde el amanecer, a acompañar a las alboradas de chifla y tamboril, con gigantes y cabezudos que perseguían a la chavalería, a carrera abierta, para mimbrearnos las piernas, con la impunidad que otorga la bendita inocencia de sentirse invisible bajo la cabeza de Gorrainas, Bruja, Verdugo, Barbudo, Churro Jiménez, Pistolero, Verrugón, y tantos otros cabezones”.

En ese recuerdo no se olvidó de la “adolescencia de enamoramiento lento, en el parque, en los futbolines, en la cola del cinema Paz, del Gago, mientras esperábamos el turno para que la taquillera nos diera una entrada para perseguir sueños en cinemascope”, de los amores de adolescentes con los “paseos unidos por el hilo invisible de la esperanza y parada obligada en la calle Pradoluengo, frente al carro de las garrapiñadas de don Rafael Hinojosa y su esposa doña Trinidad”.

Tampoco pasó por alto personajes del Bembibre contemporáneo como el fotógrafo César García de quien los jóvenes buscaban las fotografías que dejasen “el testimonio de un tiempo de felicidad”. “Jóvenes, que buscábamos en los periódicos la crónica de Ángel Pablos, para saber del resultado del partido del Bembibre de Gerardo de la Mata. Enterarnos si había marcado Serafín, o Calleja, o Piñeiro, tal vez Otero, o Páez, o Gelín”. Sin olvidar el recuerdo de un hombre de radio como Victorino Rivera Merayo con las noticias del día: “Desde Bembibre les informó, como siempre, Rivera Merayo”.

Pero, sobre todo, y a pesar del paso del tiempo, que estas fiestas no dejen de ser “la excusa perfecta para buscarse y encontrarse los unos con los otros; para que sintáis firme la tierra bajo los pies, pero también la luz y el aire en vuestras caras”. “Que la magia de la palabra hable por vosotras y vosotros y deciros que estáis orgullosos de ser y sentiros hijos y hermanos de este lugar, de esta tierra que os alberga, os cuida y os alimenta”.

“Haced buen uso de las costumbres para que, como antes lo hicieron nuestras madres y padres, nosotros, hoy y en el futuro, seamos ejemplo para nuestras hijas e hijos. Sembrad buenos recuerdos, que son sentimientos, porque sabido es, que los sentimientos son vida”, dijo, antes de concluir su discurso pregonando “que todos los encuentros que se produzcan desde hoy y hasta el fin de los festejos han de ser muy cordiales”. “Que se reparta mucha alegría, que destilen los buenos recuerdos y las mejores sensaciones de la generosidad”.

 

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