Los trabajadores de Indra en San Román van a la huelga por el ERE a pesar de superar los objetivos económicos

Los trabajadores del centro de Indra de San Román han protagonizado esta mañana una huelga por el Expediente de Regulación de Empleo que ha planteado la dirección de la empresa en el marco del plan de reestructuración. En su conjunto, la empresa ha comunicado el despido de 1.850 trabajadores, 3 de ellos del centro de Bembibre (donde prestan sus servicios una veintena de trabajadores).

Desde la mesa que forma la Representación Legal de los Trabajadores (RTL) han informado que tras analizar la memoria explicativa aportada por la empresa “no se puede justificar este ERE”. En primer lugar, porque en esta memoria “se mezclan números de varias empresas del Grupo Indra con los de Indra Sistemas (que es a quien se quiere hacer el ERE), y segundo, muchas de las informaciones están incompletas y la empresa no las completa como se requiere”.

En concreto, por lo que se refiere al centro de San Román de Bembibre, también llamado CENSOLOR (Centro de Soporte Logístico a Renovables) fue abierto en el año 2011 con el objetivo de crear 41 puestos de trabajo. El centro arrancó con 15 trabajadores y desde entonces la plantilla ha ido variando en número llegando a ser 28 gracias a personas subcontratadas. Según destacan los representantes de los trabajadores, hoy en día acuden a trabajar al centro 21, “aun así la plantilla siempre ha conseguido estar por encima de los objetivos económicos que se les han fijado, todo hay que decirlo, con gran esfuerzo en forma de infinidad de horas extras y formación”.

Sin embargo, después de estos cuatro años “de un buen funcionamiento económico, desde la dirección se señala al centro y se les pide una vez más otro esfuerzo, esta vez más difícil: seguir cumpliendo con los números pero con tres obreros menos”.

Con estos argumentos, el centro de San Román de Bembibre se ha sumado a la huelga que convocó la RLT para expresar su rechazo a este despido colectivo “que nos parece injusto y desleal, desde aquí pedimos a la empresa que reconsidere las medidas adoptadas y considere si es necesario e incluso rentable provocar en la plantilla una sensación de desánimo y traición, traición debida a que desde la dirección siempre se ha mandado un mensaje de estabilidad y seguridad laboral en detrimento del salario”.

 

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