Acudir al colegio no sólo es una cuestión educativa y social, sino también laboral y de alimentación. Para muchos padres, el hecho de que sus hijos ya no tengan que acudir a los centros supone un problema: ¿cómo atender tantas horas a la familia cuando también hay que acudir a trabajar o, en casos más complicados, y bastante más habituales, a buscar un empleo?
Cada verano se plantea este problema de conciliación en general al que, con la crisis económica, se le ha añadido otra cuestión más concreta. La necesidad de garantizar que los menores realizan las mismas comidas ahora que cuando acuden a la escuela. La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, abrió este debate el pasado 4 de junio al plantear que los comedores escolares siguieran abiertos durante los próximos meses. Cada comunidad ha respondido a su manera.
Cruz roja piensa “ ¿No estamos mejor todos comiendo en casa?
“El menor es un espectador silencioso de la crisis”, apunta una responsable de Intervención Social de Cruz Roja, y de ahí la importancia no sólo de pensar en abrir los comedores, sino en cómo hacerlo. ¿Basta con abrir esas instalaciones, para que los niños en una situación desfavorecida acudan en periodos vacacionales y sus compañeros no? “No me convence eso de unos por una puerta y otros por otra”, subraya. Porque, al final, todas las familias sufren los habituales problemas de conciliación durante el verano. Además, se pregunta si no sería una solución más adecuada aportar la comida para que la familia pueda comer junta y en su domicilio: “¿No estamos todos mejor comiendo en casa”?
Por ello, desde Cruz Roja Española en Bembibre, han puesto en marcha una recogida de alimentos, el día 28 de julio, jueves, a partir de las 10 de la mañana, en un stand situado en la confluencia de las calles Vatemar y Avenida Villafranca.
“Tenemos que paliar esas necesidades añadidas que se plantean durante el verano por la presencia de niños y niñas en los domicilios, una vez finalizado el periodo escolar. ¡¡AYÚDANOS!!”.
